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viernes, 30 de marzo de 2012

Metrópolis

Metropolis Ficha en FilmAffinity.

Ya tocaba ver todo un clásico del cine: Metropolis de Fritz Lang, una película muda del año 1927 rodada en Alemania, y que supuso la mayor inversión en cine de la época. El casi siglo que ha pasado desde su estreno y todo lo que ha vivido el mundo en este tiempo a dañado la cinta, que ha perdido parte de su metraje, siendo sustituido por explicaciones en texto sobre fondo negro, pero no dificulta en exceso su visionado. 


Metropolis se ubica en una urbe futurista, donde las clases están claramente divididas: por un lado los intelectuales, que viven en los rascacielos, y por otro los trabajadores, que viven bajo tierra y se encargan de mantener en funcionamiento toda la ciudad. Este esquema se tambaleará cuando Freder, el hijo del alcalde de la ciudad, conozca y se enamore de Maria, la hija de un trabajador.

A pesar de que dicho así quede un poco cursi, Metropolis es mucho más que un drama romántico con tintes sociales. Junto a la historia de amor de estos dos personajes que reflejan mundos completamente opuestos, está latente la convivencia y lucha de dos clases claramente diferentes. El devenir de ambas historias se entrelazará de una manera bastante correcta. Y es que teniendo en cuenta la época, sorprenden ciertas cosas de esta película. 

Por un lado, su claro mensaje social, quizá demasiado masticado y facilón argumentalmente para los paladares actuales, pero hay que ponerse en contexto, y es sorprendente lo que la película nos está contando (a pesar de que Lang luego renegara de ella diciendo exactamente eso, que era un mensaje un tanto simplista el que daba en la película). Por otro lado, sorprende también la ambientación de la ciudad y los efectos especiales, habida cuenta de que han pasado unos 85 años desde que se estrenara. El uso de maquetas es espectacular, y dentro de las limitaciones propias de la época se consigue recrear bastante bien el ambiente de rascacielos de la ciudad y el opresivo subterráneo donde viven los trabajadores. Siguiendo con el apartado técnico, a destacar también la (continua) banda sonora, acompañando perfectamente todo el metraje de la película.


Las actuaciones son importantes también, y es que estando ante una película de cine mudo, es vital que los actores transmitan todo con sus gestos. No puedo evitar encontrar este tipo de películas algo teatreras para mi gusto, pero es algo necesario y normal, y ambos actores protagonistas están bastante bien.

La película se divide en tres actos, donde creo que el primero se hace a veces un poco largo y en ocasiones se hace algo tedioso, aunque no mucho. Este dura aproximadamente una hora de las dos que tiene en total la película, y queda bastante descompensado. Creo que el ritmo no es todo lo bueno que debería ser, y si tenemos en cuenta que falta metraje, tendríamos una titánica obra que podría ser algo ardua en según qué momentos, aunque como digo antes, hay que ponerse en contexto y darse cuenta que estamos en los inicios del cine, así que se le perdona y se entiende, y no es algo que llegue a ser realmente dramático. Los otros dos actos son mucho más dinámicos y mantienen muy bien la atención del espectador, aunque el primero casi que merece la pena por la presentación de ambos estratos, regalándonos impactantes escenas como las marchas de los trabajadores o sus mecánicos movimientos mientras trabajan.


Y por último, el mensaje. 1927 y ya la película pretende lanzar un claro mensaje de optimismo y conciliación. Ambos mundos chocan y chocarán a lo largo de la historia, pero se necesitan, se complementan. Algunas consecuencias no quedan explícitamente reflejadas en la película, y eso igual podría dar lugar a dobles interpretaciones, pero no creo que el mensaje sea de conformismo, sino de unión. Sorprende ver una película tan social en los inicios del cine, mostrando tanto algunas miserias del ser humano como el trato que se les dispensa a los trabajadores o las consecuencias de algún descuido de estos, como la esperanza en una unión entre todos. Metropolis es un clásico imperecedero, una película algo árida en ocasiones pero que deja un buen poso, y que a mi me sorprendió gratamente por cómo se hizo, lo que propone y la época en la que lo hizo.

martes, 27 de marzo de 2012

Guilty Crown

Guilty Crown Ficha en MAL.

Guilty Crown es el último trabajo de Production I.G., veterano estudio que ya nos trajo anteriormente cosas como las series y película de Blood, FLCL o todo lo relacionado con Ghost in the Shell. En este caso, nos presenta otra historia futurista ambientada en un mundo post-apocalíptico, donde un misterioso virus hizo su aparición diez años antes causando estragos. Ahora el país está gobernado por una multinacional, mientras un grupo terrorista pretende acabar con este dominio. Ouma Shu es un estudiante de instituto que se ve envuelto en esta guerra, y que será una pieza importante, al poder utilizar una peculiar habilidad: es capaz de extraer herramientas o armas del interior de las personas.

La serie, que dura 22 episodios, venía precedida de una enorme expectación y posiblemente fuese el estreno más esperado de la pasada temporada de otoño. Y también posiblemente, esto haya jugado en su contra, aunque la serie tiene también parte de culpa. Y es que Guilty Crown es un estupendo ejemplo de la irregularidad hecha serie de televisión. Pero vamos poco a poco.

Lo primero que llama la atención es su cuidada animación y diseño de personajes. Sobresaliente el trabajo de Production I.G. una vez más, con unos escenarios muy trabajados y detallados logrando una fantástica ambientación, un nivel de animación generalmente alto en toda la serie y un diseño de personajes agradable y variado, aunque cayendo en los clásicos clichés. El apartado técnico de la serie es sin duda uno de sus puntos fuertes, tanto en animación como en el apartado sonoro, con una buena banda sonora y canciones de apertura y cierre.

La historia, o más concretamente su desarrollo, es otro cantar. Los que llevan ya algunos años en esto del anime reconocerán en su argumento posiblemente alguna decena de series más. Guilty Crown no revoluciona nada argumentalmente, aunque trata de revestirlo de otra forma con el uso de los voids (las armas y herramientas que saca Shu del interior de los demás). Me gustó esta variante y las posibilidades que ofrece, y me fue gustando más y más a medida que avanza la serie y se conocen más cosas sobre el uso de esta habilidad y sus consecuencias. A pesar de que no innova nada, esto no sería mayor problema si no fuera porque el desarrollo de la historia es tremendamente irregular. 



Tras un narrativamente típico primer episodio donde nuestro protagonista conoce a la chica y la salva y se ponen más o menos las cartas sobre la mesa en cuanto a los derroteros de la historia, los siguientes episodios derivan en una especie de comedia estudiantil con bastante tendencia a un fanservice del todo innecesario (trajecito de Inori al margen). Estos 4 o 5 episodios creo que hicieron realmente poco bien a la serie, y de hecho me llegué a plantear si seguir viéndola o no. No porque estuvieran mal, sino por lo que parecía que degeneraba la serie y la decepción que estaba suponiendo con las expectativas generadas antes de comenzar con ella. Sin embargo, los guionistas se cuidaron de meter algunos cliffhangers bastante buenos a final de ciertos episodios, manteniendo enganchado al espectador. Tenemos entonces varios episodios de los que se salva un tercio del metraje, mientras que el resto parecía más o menos relleno, y a lo que tampoco ayudaba el personaje de Shu, bastante cansino y dubitativo (¿alguien dijo Shinji Ikari?).

Obviamente Shu, siendo el protagonista, sufrirá una evolución y crecimiento personal a lo largo de la serie. Además de algunos momentos aislados en los que se convierte de repente en un héroe de acción, la evolución de su personaje es buena, en líneas generales. Del suyo y del resto, y es que a partir de la segunda mitad de la serie, momento que se inicia con el flashback donde se nos narra la aparición del virus y los hechos que dieron lugar al "Lost Christmas", la serie cambia drásticamente. A pesar de que sigue habiendo algún episodio suelto más flojo y comparable en parte a los primeros, el ritmo se vuelve muy consistente y la historia avanza a buen ritmo. Y además, de vez en cuando sorprende con episodios realmente sobresalientes, en cuanto a la historia que nos plantea y su ejecución. Guilty Crown en esta segunda parte de la serie muestra todo el potencial que parecía tener antes de su emisión.



La serie toca algunos temas muy interesantes, como el uso de estos voids y su relación con los huéspedes, así como ciertos comportamientos sociales y desarrollo personal en base a determinados sucesos de los que no quiero ser más específico, o la misma esperanza, personificada en una bella flor. Y es que Guilty Crown no se corta en mostrar escenas duras o matar personajes. Si bien pueden existir algunas lagunas en el cierre argumental de la trama, o da la sensación de que no todo queda bien explicado o algunas razones son un tanto peregrinas o tramposas, el resultado final es más o menos satisfactorio. Y por lo poco que he vuelto a ver, creo que un segundo visionado iba a ayudar, porque pasó bastante tiempo entre una parte y otra de la serie, así que igual esas lagunas no son tales o no son tantas. Sin embargo, también se lamenta uno de todo el tiempo desperdiciado en tonterías en ciertos episodios, y cuya finalidad se podría haber conseguido bastante mejor.

Una de cal y otra de arena, eso es Guilty Crown, aunque creo que en líneas generales y después de su fantástica segunda parte, las impresiones positivas pueden con las negativas. No pasará a la historia, y yo al menos la recordaré como algo que pudo haber sido mucho más, pero al final me ha parecido bastante entretenida y de gran factura técnica, y con algunos episodios brillantes que compensan los más aburridos del principio, por lo que al final ha terminado gustándome.

viernes, 23 de marzo de 2012

Eva

Ficha en FilmAffinity.

Eva es la primera película de Kike Maíllo, que hasta ahora había presentado un par de cortos y una serie de televisión, y también es un buen ejemplo de que otro tipo de cine es posible en España. Debo reconocer que tengo ciertas reticencias al cine patrio. Pero estas no son por su origen, sino por lo que ofrecen, y es que llega un momento en que solo ves propuestas sobre la Guerra Civil, o alguna comedia romántica con muchas fiestas y escenas subiditas de tono. 

Eva nos propone algo diferente, una historia de ciencia-ficción en la que en un futuro cercano, los humanos viven acompañados de robots, tanto humanoides como con forma animal. Alex, un ingeniero brillante, es contratado para intentar dar vida a un niño robot.

Lo primero que llama la atención es el entorno en que se rueda la película: un paraje completamente nevado, situando la historia en una ciudad ficticia. El rol de los personajes queda claramente establecido desde el principio, y tenemos un triángulo amoroso quizá introducido demasiado rápido. Esto no me acabó de convencer y empezaron a sonar las alarmas de que esto podía acabar degenerando bastante, pero no, todo lo contrario. Mirando la película en perspectiva no son malas escenas, y siempre se va aportando información y construyendo la historia principal, poco a poco pero sin pausa.

La película no innova ni pretende reinventar la rueda en el mundo de la inteligencia artificial, ya que la idea de la autoconciencia de un organismo creado por ceros y unos ya ha sido tratada muchas veces. Pero no importa, lo sabe y no pretende creerse que es lo que está proponiendo. Me recuerda en muchos momentos a Inteligencia Artificial, de Spielberg, pero mientras la otra se perdía en un metraje demasiado extenso y con cosas que no aportaban mucho, en Eva todo está muy bien pensado y la historia se va desarrollando con paso firme, explicando cosas sobre la inteligencia artificial, planteando alguna idea para ir dándole vueltas a la cabeza, y explicando poco a poco el presente y el pasado del triángulo amoroso. En definitiva, avanzando todas las líneas argumentales a la vez, entretejiéndolas con buen pulso narrativo.

Los actores están bastante bien, y además de los protagonistas, todos ellos bastante correctos, me gustó también el papel de Lluís Homar como Max, un encantador robot personal puesto por la universidad para acompañar y cuidar de Alex. El apartado técnico, que es bastante importante dado el tipo de historia que se plantea, cumple con creces también. El movimiento de los robots es bastante fluido y natural, quedando unos robots muy majos, como el robot-gato, y la banda sonora acompaña bastante bien a la historia.

Eva es en definitiva una propuesta interesante y diferente dentro del cine español. Y además, como película en sí, sin etiquetarla con una banderita de su país de origen, me parece una historia bastante bien llevada e interpretada, con un poso filosófico nada novedoso pero interesante, con unos personajes a los que se les acaba cogiendo cariño, y técnicamente bien rodada. A mi por lo menos me terminó conquistando su historia, y me encantaría ver más propuestas de este tipo.

viernes, 16 de marzo de 2012

Otra Tierra (Another Earth)

Another Earth Ficha en FilmAffinity.

Another Earth es una de esas propuestas que, independientemente del resultado final, siempre me resultan atrayentes. Tengo debilidad por las historias de ciencia-ficción y fantasía, por lo que premisas como las de esta película siempre consiguen atraer mi atención. 
 
Nos encontramos aquí con la repentina aparición de un planeta en el cielo terrestre. No solo eso, sino que dicho planeta parece un calco en su aspecto físico al nuestro. El día que aparece dicho planeta, supondrá un giro radical en la vida de los protagonistas, debido a un trágico suceso.

Debo decir que no es la película que me esperaba. Fui a verla esperando algo más de ciencia-ficción, pero toda la trama de la Tierra paralela no es más que una excusa, un motor como cualquier otro que hace avanzar una trama centrada en el drama personal y la redención de dos personajes, Rhoda y John. El día que aparece el planeta, la vida de ambos cambiará irremediablemente, y ambos tienen que luchar por perdonarse y mirar hacia el futuro.
 
 
La historia fantástica con la otra Tierra de fondo sirve como metáfora evidente de una búsqueda de redención personal. A medida que se va descubriendo más información sobre esa Tierra alternativa, surgen las preguntas filosóficas que seguramente más de uno nos hemos preguntado más de una vez: si no hubiera hecho tal cosa, ¿qué sería de mi ahora? ¿Seguiría siendo tan desgraciado como lo soy en este momento? ¿Iría mi vida mejor o peor? Esta presencia virtual y constante de este inquietante mundo alternativo, junto con la posibilidad de ganar un viaje para ir a conocerlo, le añaden el matiz filosófico a la cinta, que deja poso en el espectador después de terminar.

Técnicamente no le podría poner muchas pegas, está bien rodada y la banda sonora es agradable. Hay algunos momentos que no me acaba de convencer o no me entero de lo que quiere contar con alguna trama más secundaria, pero en general la historia, aunque pausada, avanza a un ritmo constante y fluido, desarrollando poco a poco la relación entre los protagonistas. Es una película de corte intimista y prácticamente llevada por los dos protagonistas, convincentemente interpretados por Brit Marling, a la que no conocía de nada, y William Mapother, actor que interpretó a Ethan, uno de Los Otros, en Lost. Ambos están muy correctos en sus papeles, y tienen química en pantalla, sus escenas juntos son naturales y emotivas, y su desarrollo a lo largo de la historia es creíble y correcto.
 
 
Aunque hay algo de ciencia-ficción en la misma presencia del planeta y la aceptación de la existencia de mundos paralelos, o algunos detalles adicionales, quizá sea un tanto decepcionante para los que esperaban ver una historia más pura de ciencia-ficción, y es que no se explica absolutamente nada del porqué de la aparición de la otra Tierra de un día para otro. Personalmente no me importó mucho, porque la historia es lo suficientemente interesante como para que no me molestase, y el trasfondo filosófico que le aporta la trama fantástica creo que queda bastante bien, consigue dejar al espectador dándole vueltas después de su visionado. Aunque no plantea nada nuevo, es una cinta entretenida e interesante, y algo diferente a lo que nos llega de manera habitual.

martes, 13 de marzo de 2012

Animal Kingdom

Animal Kingdom Ficha en FilmAffinity.

Animal Kingdom trata sobre Joshua, cuya madre muere tras una sobredosis. Su abuela se hace cargo del muchacho, pero los problemas de Joshua no hacen más que empezar, puesto que su abuela es la matriarca de un clan dedicado al tráfico de drogas en Melbourne, donde sus hijos (los tíos del chico) son los que se dedican a tan lucrativa y peligrosa actividad. Recientemente la policía ha endurecido su postura y los vigila de cerca, y Joshua se verá envuelto en una espiral de violencia difícil de evitar.

La película comienza con un plano del chico y su madre, tras fallecer esta por la sobredosis. Duro comienzo que prepara para lo que será la película, llena de dureza, violencia y situaciones de tensión en la que se ve envuelto el protagonista. Aunque Joshua es un chico tranquilo y preferiría evitar mezclarse demasiado con este ambiente, tampoco puede negar las peticiones de ayuda que le hacen sus tíos y su abuela, quizá agobiado por saber que precisamente ella se está haciendo cargo de él.

En la película todo se va complicando poco a poco, con la aparición de la policía y el endurecimiento de la postura que siguen con la familia, puesto que los conocen, sospechan de ellos y están esperando la oportunidad para ir a por ellos. El guión construye bien las situaciones de tensión, consiguiendo un buen efecto de crispación creciente y agobio, especialmente por la preocupación de cómo puede afectar todo al chico. 

Este sin embargo no ayuda mucho, ya que no encontré la actuación de James Frecheville bastante inspirada, resultado bastante monótono y con casi nula capacidad para transmitir cualquier cosa, no sé si como requisito del personaje o por la propia capacidad del actor. En cualquier caso aporta un toque muy gris al personaje de Joshua, cuyas emociones y angustia podría haber dado mucho más de sí a nivel interpretativo. En el otro extremo se encuentra Ben Mendelsohn, que interpreta a uno de los tíos de Joshua, el más duro y el que toma las riendas de la familia. Sin aportar la presencia física más intimidante, su actuación consigue transmitir una continua sensación de mal rollo y peligro constante.

Hay que destacar también el papel de Guy Pearce (al que conocemos fundamentalmente por Memento), en el paper de policía que intenta atraer a Joshua a su bando desde el principio, ofreciéndole una salida a su delicada situación. La espiral de violencia en la que se sumerge la película y las decisiones de Joshua son el motor de una cinta que refleja una lucha encarnizada por el control del territorio, la versión humana del reino animal, donde el más fuerte es el que se encarga de gobernar. La dinámica de la familia está bastante lograda, pero la trama avanza de forma irregular, y hay momentos en los que el ritmo decae considerablemente, afectando al conjunto de la película, que a pesar de todo no llega a las dos horas de duración.

Al final la sensación global es de irregularidad, con buenos elementos de suspense insertados bastante bien en la trama, y otros donde la película se hace más pesada de seguir de lo que es deseable. Resulta un thriller decente y con buenos elementos, pero que cojea a nivel de ritmo en ciertos momentos y en la interpretación del protagonista. Decente pero no memorable, por lo que pasará al cajón de las películas vistas que no serán recordadas por ser especialmente buenas o malas.

viernes, 9 de marzo de 2012

Stella

Stella Ficha en FilmAffinity.

Stella es otra visión del paso de la infancia a la adolescencia. La chica, de 11 años, vive en la París de finales de los 70, en un entorno un tanto difícil: sus padres tienen un bar y para entrar en la casa hay que pasar por él, y Stella conoce a los clientes y pasa algún rato jugando con ellos a las cartas. No se le dan bien los estudios, y tiene dificultades para entablar amistades con sus compañeros, siendo una chica bastante solitaria.

La directora y guionista de la película, Sylvie Verheyde, nos presenta aquí un personaje en una etapa clave de su vida, y nos la presenta en un entorno difícil, aunque no hostil. Todos sabemos que Stella es querida por sus padres y por los parroquianos del bar, aunque también sabemos que no es la mejor situación para ella a su edad. Que a pesar del cariño que le tienen sus padres, estos muchas veces parecen más perdidos en sus propios problemas que en preocuparse de su propia hija, que se ha vuelto bastante independiente para la edad que tiene.

La cinta trata de abarcar diversos puntos, quizá demasiados, y aquí reside uno de sus defectos: intenta hablar de demasiadas cosas en muy corto espacio de tiempo. Las tramas no llegan a chirriar, pero aún así alguna queda un tanto suelta. No obstante hay otras que están mejor desarrolladas y forman el auténtico cuerpo de la película, como la amistad de Stella con Gladys, una hija de emigrantes intelectuales argentinos. Ambas representan dos mundos bastante diferentes, pero se compenetran bien y nos contarán la parte de la trama dedicada a la amistad, a esa amistad que no le importa la procedencia o situación de la otra. Aunque creo que esta parte es la más importante, la historia se mete también en dilemas de educación, problemas matrimoniales, el primer amor de la niña, discriminaciones e incluso alguna trama más oscura todavía. Todas estas historias y desarrollos afectan a la evolución y crecimiento personal de Stella en esa estapa tan importante de su vida.

Este tipo de historias se sustenta fundamentalmente en los personajes, y por tanto los actores, que además son niños, por lo que podrían verse abrumados por la responsabilidad. Pero no es el caso, tanto Léora Barbara (Stella) como Mélissa Rodriguès (Gladys) están muy bien en sus respectivos papeles, apoyadas por un correcto trabajo de los adultos (sorprendente Benjamin Biolay, no tanto por su actuación, que es correcta, sino por su parecido con Benicio del Toro).

La película no es muy larga, dura algo más de hora y media, aunque en algunos momentos su ritmo se resiente en ocasiones y como comentaba anteriormente, quiere abarcar demasiadas cosas, por lo que a veces se hace un poco más densa o resulta un tanto inconexa. Sin embargo, como regla general la narración es fluida, y no tiene pegas a nivel técnico. Al final, resulta una película interesante de ver y que no creo que decepcione, sobre todo si buscáis una perspectiva europea al problema de los adolescentes, aunque tampoco es especialmente recomendable. Posiblemente  existan varias películas girando alrededor de un tema similar, y de mejor resultado.

martes, 6 de marzo de 2012

Superman: Rojo

Supermann: Rojo Ficha en Anobii.

Superman: Rojo es una ucronía bastante interesante. ¿Qué hubiera pasado si el Hombre de Acero hubiera caído en la Unión Soviética de Stalin, y no en América? Me gustan este tipo de planteamientos, ya sabéis: qué hubiera pasado si los nazis no hubieran perdido la guerra, si no se hubieran extinguido los dinosaurios, o en general en cualquier batalla, si hubiera ganado el otro bando.

En esta historia, la nave de Superman aterriza en una granja de Ucrania, y se educa en un ambiente puramente comunista. Llegando cierto punto, los soviéticos los presentan al mundo con la intención de que cunda el miedo y el pánico entre el bloque occidental. Superman es un superhombre, cuenta con un amplio abanico de superpoderes, y además tiene una gran inteligencia, sería el arma definitiva, pero no quiere meterse en política y en el fondo sigue siendo Superman, no le gusta que mueran inocentes, aunque sean enemigos, y no dudaría en salvar a un civil americano de la muerte si puede evitarlo.

Bajo este interesante punto de partida se inicia la historia. Hay algunas ideas sueltas en el tomo que tienen bastante gancho y le hacen a uno pensar un poco. Por ejemplo, Superman es presentado por los soviéticos como el hombre perfecto, el que llevará adelante y propagará por el mundo los ideales del comunismo. Sin embargo, Superman no es humano, es diferente y tiene unas cualidades innatas por su propia naturaleza. Si tiene que gobernar alguien especial de una clase diferente, superior, esto choca con la propia ideología que quiere propagar... Además, si tuviera el poder de gobernar el mundo gracias a su fuerza e inteligencia superior, ¿impondría esos conceptos por la fuerza, por el bien común?

El cómic también tiene sus sombras, evidentemente uno puede ver este tomo como la clásica lucha entre el bloque occidental y los soviéticos. Qué malos son los soviéticos y los americanos son los salvadores de la humanidad. Es cierto que algo de eso hay en este cómic, puesto que por supuesto, son los americanos los que se enfrentan a este Superman comunista. De todas formas, a mi me pareció creíble el tratamiento que le han dado al personaje, su educación en un contexto social determinado, sus dudas y su evolución. Quizá en algunos momentos se deje caer hacia algunas representaciones un tanto caricaturescas de las ideologías, pero no me parece que sea algo especialmente vergonzoso, narrativamente hablando.

También existen algunas tramas que no parecen del todo bien manejadas, como la de Batman. Creo que directamente sobraba en esta historia, así como el intento de querer mostrar o relacionar a otros personajes de DC en esta historia. Por otra parte, hay algunas referencias y guiños a los conocedores de la historia que sí están bastante bien introducidos.

En general me ha parecido un cómic disfrutable e interesante, de una duración justa para contarnos lo que nos quiere contar sin extenderse innecesariamente y con un buen dibujo, claro y colorido.