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jueves, 31 de octubre de 2013

Lecturas mangacomiqueras: agosto, septiembre y octubre 2013

Comienzo sección en la Torre para dar cabida a comentarios sobre algunos cómics y mangas que tengo en curso y que no tienen todavía reseña completa. Y es que algunas de estas series son lo suficientemente extensas como para que esta hipotética reseña lleguen en años (si este blog sigue abierto para entonces); o porque es una historia demasiado corta para una reseña propia; o sencillamente, para dejar mi opinión sobre algunas series según las voy leyendo, potenciando así la parte de manga y cómic de este blog.

La idea de esta sección es que sea mensual, es decir, que una vez al mes os hablaré de lo que he leído ese mes, pero aprovecho la primera entrada como excepción y os comentaré también un poco sobre los primeros tomos de algunas series aunque los haya leído recientemente, como es el caso de Fábulas.


Fábulas #1 a #3, de Bill Willingham (edición de lujo)
Esta es la historia de las fábulas de los cuentos clásicos, que se ven obligadas a huir de las Tierras Natales debido al imparable avance de El Adversario, un enemigo que ha ido conquistando uno a uno todos los reinos. Las fábulas se refugian en nuestro mundo, donde las que tienen apariencia humana viven en Nueva York, en la comunidad conocida como Villa Fábula, bajo el mandato del rey Cole y el gobierno de Blanca Nieves.

Tenía muchas ganas de comenzar con esta serie, debido a las excelentes críticas que había leído por todos lados. El primer tomo presenta dos historias muy introductorias y entretenidas. La primera, Leyendas en el Exilio, es la introducción a la situación que viven las fábulas, y donde se presenta a Blanca Nieves y Lobo Feroz, dos de los principales protagonistas. En esta historia ya me llamó la atención que la serie no se corta en mostrar sangre, y también el buen giro que se les ha dado a las fábulas adaptándolas al reino mundano. Lobo Feroz como detective es de los personajes más interesantes que he leído en tiempo, y esta primera historia resulta una entretenida aventura con aires de novela negra muy interesante en torno al asesinato de Rosa Roja, la hermana de Blanca Nieves.

Me gusta además cómo va evolucionando la historia. La segunda del tomo 1, Rebelión en la Granja, nos plantea la situación de las fábulas que no tienen apariencia humana y que viven en La Granja, en las afueras. Me resulta una evolución muy lógica cómo esta aparente situación de rechazo y desprecio genera una rebelión en la comunidad, que además permite introducir a otros interesantes personajes, como Ricitos de Oro.

El segundo tomo es una recopilación de historias cortas o autoconclusivas, donde el dibujo corre a cargo de autores diferentes, para bien o para mal. En general me han gustado bastante, tanto las historias, que sirven para profundizar más en personajes como Feroz, Blanca, Príncipe Encantador (otro gran personaje) o Barba Azul, como el dibujo. La minisaga Amor de Cuento y El Último Castillo me han gustado especialmente, la primera por contarnos más de Feroz y Blanca, y la segunda por proporcionar algunas pinceladas sobre la historia con El Adversario. Quizá la excepción sería la historia Novias de Cebada, cuyo dibujo no me ha gustado demasiado, aunque por otra parte reconozco que pega bien a la historia de cuento clásico.

Y en cuanto al tercer tomo, salvo la primera y entretenida historia, protagonizada por Cenicienta y donde podemos conocer un poco más de Feroz, tenemos una saga bastante larga, La Marcha de los Soldados de Madera. Me ha parecido especialmente brillante que Feroz, detective y encargado de seguridad, sea el responsable de interrogar a Caperucita Roja, recién llegada de las Tierras Natales... aunque eso no puede ser posible, puesto que los portales se cerraron. Un punto de partida atrayente y una historia con mucha acción que atrapa al lector al ver cómo la situación se complica en Villa Fábula de una manera que no habían previsto. En definitiva, una serie que me está gustando bastante y de la que ya estoy deseando leer el nuevo tomo.


Medaka Box #6 y #7, de Nisioisin y Akira Akatsuki
En estos tomos termina la saga del Proyecto Flask, momento en el que la serie afianzó el ritmo de peleas locas y personajes estrambóticos, después de la introducción que supuso el incidente con el Comité Disciplinario.

Esta fue la parte del anime que me terminó de enganchar a la serie, y en el manga ha funcionado igual. Además cuenta con el aliciente de que ya entra en la parte de la historia inédita para mi, así que tengo bastante interés por ver cómo sigue la cosa.

De momento, además de la más que llamativa introducción de Kumagawa, hemos tenido una breve pero muy intensa conversación de Kumagawa y Shiranui, y una buena introducción de otro miembro del Grupo -13, Mukae Emukae, que ha proporcionado buenas escenas con Zenkichi y su  madre. No hace más que terminar una saga importante, y ya parece que nos encontramos de lleno en la siguiente. El ritmo de esta serie es frenético.


Sandman #1: Preludios y Nocturnos, de Neil Gaiman
Otra serie que tenía muchas ganas de empezar, ya que es todo un clásico, uno de los cómics más aclamados, y además, de un autor del que tengo ganas de leer más cosas, después de haber terminado Stardust.

La historia comienza con el aprisionamiento de Sueño, uno de los eternos, en una cárcel fabricada por unos hechiceros de la familia Burgess, aunque él no era el objetivo. Con Sueño aprisionado, la humanidad comienza a experimentar una serie de problemas al dormir, habiendo gente que no es capaz de hacerlo u otros que no son capaces de despertar. Cuando Sueño consigue escapar de su prisión, tendrá que restaurar todo el caos que se ha producido en su ausencia.

Este es un correcto tomo introductorio. Me gusta cómo empieza la historia y el capítulo con el encierro de Sueño, las consecuencias y su posterior escape. También me han gustado bastante las posteriores misiones para restaurar el orden y recuperar su poder, así como entrelazar este universo con el de DC, con la aparición de personajes como John Constantine o alusiones a la Liga de la Justicia.

La parte del Doctor Destino me ha resultado algo menos interesante, aunque manejaba algunas ideas interesantes acerca de la manipulación de los sueños y la locura como arma, como en toda la parte de la cafetería, que me pareció brillante. Muy interesante también la aparición de Muerte, otro de los eternos. En cuanto al dibujo, hay cambios debido a que el primer dibujante dejó la serie al principio, y eso se nota y desconcierta un poco, pero al final uno se acostumbra. Quería destacar también el diseño de Sueño, realmente da una sensación de ser algo diferente a un ser humano, a pesar de su apariencia humanoide.


Saga #1, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples.
Y otra serie que comienzo, como si no tuviera bastantes. Con esta me animé debido a las buenas críticas que estaba leyendo por internet, así como diversos premios y recomendaciones de gente que sigo más de cerca y ya le había echado un vistazo. Vaughan es el autor de Runaways, Los Leones de Bagdad o Y: El Último Hombre, series que han tenido una gran acogida. En la actualidad es el show runner de la serie de televisión de La Cúpula, cosa que ya no me llama tanto la atención...

Saga es una historia que gira en torno a la familia, concretamente a la formada por Alana y Marko, una pareja de especies enfrentadas por una guerra que desertan de sus respectivos ejércitos y se fugan, llevándose con ellos a su hija recién nacida. Los dos bandos los toman por traidores y los perseguirán incansablemente.

Este primer tomo de Saga me ha resultado una grata sorpresa, y eso que lo leía con ciertas expectativas. Por una parte, me ha gustado mucho el dibujo de Fiona Staples, sencillo pero a la vez muy expresivo. Y la historia me ha enganchado bastante, sobre todo por la ambientación, una space opera con reminiscencias a un Star Wars mucho más sórdido.

El punto de partida es bastante sencillo pero efectivo, y las situaciones de huida generan escenas de acción que mantienen el interés del lector, gracias también a la inclusión de personajes muy interesantes como Izabel, La Voluntad o El Tallo. Es una historia a ratos muy tierna, y a ratos muy oscura, y la tensión de estar siempre bajo una guerra y ser el nexo de unión entre las dos especies enfrentadas promete.


Patrulla X: La Saga de Fénix Oscura, de Chris Claremont y John Byrne
Esta es mi primera incursión con los cómics de la Patrulla X, y desde luego no será la última. Este tomo me venía muy recomendado por los autores que son, y efectivamente ha resultado una historia de lo más entretenida.

La Saga de Fénix Oscura nos cuenta la transformación de Jean Grey en Fénix Oscura, debido a la acción del Club Fuego Infernal y muy especialmente a Mente Maestra. Esto supone un problema para la Patrulla X, que ve como uno de sus miembros se vuelve hacia el lado oscuro y comienza a sucumbir a un poder enorme.

Salvo algunas partes del Club Fuego Infernal, cuyos dirigentes nunca me llegaron a dar una verdadera sensación de peligro, es una lectura entretenida. Tiene numerosas escenas de acción y salen muchos mutantes, aunque lo realmente interesante de este tomo es ver la evolución y caída de Jean Grey, convirtiéndose en Fénix Oscura, y cómo eso afecta al resto de la patrulla, especialmente a Cíclope.  Y hablando de Cíclope, me ha llamado la atención el peso que tiene en el cómic, comparado con las películas, donde creo que fue despojado de bastante protagonismo en favor de Lobezno.

La Saga de Fénix Oscura tiene una parte central muy interesante, con una Fénix desplegando todo su poder y despertando el temor por todo el universo, y una resolución bastante correcta.


Flashpoint, de Geoff Johns y Andy Kubert
Este es el tomo que da origen al Nuevo Universo DC (NUDC), el evento que canceló y relanzó de nuevo las series de la editorial americana en 52 series diferentes que empezaban de nuevo en el número 1. Como tenía ganas de meterme a leer cosas de DC y todo lo anterior es bastante inabarcable (aunque me iré poniendo con ello también), empezar con el nuevo universo me pareció bastante accesible.

Flashpoint nos presenta a un Barry Allen (Flash) que se despierta en una especie de mundo alternativo, donde Aquaman y Wonder Woman están peleando por el control de una gran parte del mundo poniendo en peligro a la humanidad, Superman está desaparecido y La Liga de la Justicia no existe. Allen recuerda de dónde viene, y se pondrá a investigar para intentar recuperar su mundo original.

En general me ha parecido un tomo entretenido, aunque su interés reside fundamentalmente en las consecuencias en el universo y algunos momentos aislados. La idea no está mal aunque ya ha sido explotada hasta la saciedad (alguien cambia algo del pasado y eso afecta al futuro), pero la trama va manteniendo el interés gracias a revelaciones puntuales como el papel de Batman en este mundo alternativo, el misterio de qué habrá pasado con Superman o la batalla de Wonder Woman contra Aquaman. Por contra, todo lo del Flash Reverso me huele bastante mal, la verdad.

La serie tiene un buen dibujo y sobre todo, es interesante leerla si uno quiere meterse con este NUDC. No será imprescindible, pero para mi ha cumplido su función.


Kimagure Orange Road #1 a #3, de Izumi Matsumoto
Y para terminar, vamos con la única serie que no me está gustando y me está costando leer. Kimagure Orange Road, conocida también como Johnny y sus Amigos, es una de las series que veía en mi infancia en la televisión, y recuerdo que estaba bastante enganchado. Por eso tenía ganas de echarle un vistazo al manga, y aproveché los packs de saldo de Glénat para hacerme con ellos.

La historia nos presenta a Kyosuke, un chico que ingresa en un nuevo instituto. Ha tenido que mudarse en repetidas ocasiones junto a sus hermanas y su padre, debido a que tienen poderes, y cuando creen que los han descubierto se mudan para no levantar más sospechas y empezar de cero. En su nuevo instituto Kyosuke conocerá a Madoka e Hikaru, dos amigas de no muy buena reputación que harán buenas migas con él. Pero todo se complica cuando empiezan a surgir algunos sentimientos más complejos.

Este es uno de esos casos donde una serie de la infancia debería permanecer ahí, en la infancia. La lectura de esta serie está siendo bastante trabajosa, y cada tomo me cuesta más que el anterior. El principal problema que le encuentro a Kimagure Orange Road es que el planteamiento de lo que parece el punto principal de la historia hasta ahora, el triángulo amoroso entre Kyosuke, Madoka e Hikaru, se hace muy pronto en el tomo 1, y la serie se vuelve bastante repetitiva y tediosa.

Creo que salvo que más adelante se saque algo de la manga, pone todas las cartas sobre la mesa demasiado pronto, y luego da una y otra vez vueltas a lo mismo, me está pareciendo muy cansina en ese sentido. Porque además, las situaciones son algunas veces totalmente inverosímiles, y no me refiero precisamente al uso de los poderes, que son una excusa para plantear algunas tramas con viajes en el tiempo o el clásico "estar en dos sitios a la vez", os podéis imaginar para qué.

Otro problema son los personajes, ninguno me resulta interesante. Kyosuke se define (y lo definen) una y otra vez como indeciso, pero más que indecisión está claramente jugando a dos bandas, tonteando con Madoka e Hikaru según le conviene más. Me resulta bastante increíble que por ejemplo Madoka, que se da cuenta de toda la historia, no lo mande a paseo, o también que Hikaru no se entere de nada a estas alturas. Es cierto que hay que aceptar esto para plantear más de 40 capítulos de malentendidos o situaciones donde a Kyosuke se le pone en la tesitura de elegir entre una u otra... escapando airoso una y otra vez de la decisión. Pero es que sencillamente, no es lo que estoy buscando leer a estas alturas.

Y eso es todo por ahora. El mes que viene más.

jueves, 24 de octubre de 2013

Genshiken Nidaime (anime)

Genshiken Nidaime es la tercera temporada de la adaptación del manga de Kio Shimoku sobre un club de otakus que pasa sus tardes de universidad compartiendo sus aficiones. Después de una primera temporada bastante correcta y una segunda que aportó un plus de seriedad a la obra, unidas por tres OVAs, comienza ahora una nueva etapa.

Volvemos nuevamente al club, presidido ahora por Ogiue. Entre las incorporaciones del nuevo curso académico se encuentra Hato, un chico que se viste como chica, siendo capaz de engañar a prácticamente todo el mundo que le rodea. El motivo es que Hato es un fan del BL (Boys Love), y le resulta más fácil disfrutar de su afición así, que si fuera vestido como chico.

Me gustaría empezar la reseña de la serie dando un poco de perspectiva. El añadido "Nidaime", en lugar de continuar con Genshiken 3 (siguiendo así la nomenclatura de Genshiken 2), no es casual. Una vez que el manga alcanzó los 9 tomos en Japón se dio por finalizado, y Genshiken 2 abarcaba aproximadamente hasta el tomo 7 de la serie. Hace relativamente poco, Shimoku decidió retomarla con la inclusión y protagonismo de nuevos personajes, en concreto Hato, y esta es la parte que se conoce como Genshiken Nidaime (al menos en EEUU).

Esta última es la parte que se ha animado. Es decir, han decidido saltarse sin ningún miramiento los dos últimos tomos del manga, pensados como conclusión original de la serie. Dos últimos tomos de los que he de decir que en mi opinión tienen un nivel sobresaliente, una culminación fantástica al giro a la madurez de los personajes y ese aire melancólico que impregnaba la serie en sus últimos tomos. Igual precisamente ese es el motivo.

Genshiken Nidaime me parece una serie rara. Y es así porque por un lado es una continuación, y ahí siguen personajes como Ogiue, Ohno o incluso Kuchiki, con la aparición más esporádica del resto de antiguos miembros como Sasahara o Madarame, este con más minutos. Esto aporta continuidad a la historia, y da la impresión de seguir siendo parte de un mismo conjunto. Pero esta impresión es muy ligera.


Porque más que como continuación, la serie da la sensación de ser un spin-off. El protagonismo de la serie se centra por completo en Hato, una decisión que resulta bastante forzada, incluso en el manga. Después de ver una progresión en los personajes durante dos temporadas, donde los protagonismos se repartían y cambiaban de uno a otro en función de la situación, pero siempre muy bien llevado todo, aquí de repente todo gira en torno a Hato, el personaje nuevo.

De entrada, dejar de lado personajes a los que ya estamos acostumbrados por uno nuevo es bastante arriesgado, suena a intrusión. Esta maniobra podría funcionar bien si Hato fuera un personaje que caiga bien o resulte interesante por su historia, pero no lo es. La premisa de travestirse porque así no le da vergüenza disfrutar del BL no me llegó a convencer, aunque se puede pensar que en Japón esta decisión es mucho más complicada socialmente que aquí. Y no me convenció ni como punto de partida, ni por el posterior desarrollo que tuvo en la serie. Pero es que Hato roba demasiado tiempo en pantalla de una serie cuya concepción era coral, donde todos tenían sus minutos. Y fastidia que robe ese tiempo y no se dedique a desarrollar mejor al resto de nuevos integrantes, por ejemplo.

El hecho de que las anteriores temporadas tuvieran un protagonismo repartido afectaba también a las tramas. Cada personaje tenía un punto fuerte, por decirlo de algún modo, y si bien Sasahara era el novato que se va introduciendo en el mundillo, la serie tenía sus referencias al anime, a los videojuegos, al cosplay, las figuras o las convenciones, etc., gracias al resto de personajes. Ahora prácticamente todo lo que se trata es el BL, y queda bastante descompensado, ya que se echan en falta más temáticas, más variedad.


En cuanto a los personajes, habría que empezar por Hato. Por si no había quedado clara mi opinión, me resulta un personaje cargante, y que no hace más que estropear los episodios gracias a unos aires de protagonista que ha recibido de manera divina y que no tendrían que haberle dado y que él mismo se cree que tiene. Como integrante adicional del grupo, con su historia como trama a desarrollar dentro del resto de episodios, creo que hubiera estado mejor. En cuanto al resto de nuevos, la aportación de personajes como Yoshitake, Sue o Kuchiki resulta bastante gris, aunque este último al menos da para un divertido homenaje a Ataque a los Titanes, además de recibir golpes una y otra vez. La única que aporta más interés, por su confrontación con Hato, es Yajima, aunque se echa en falta que hubieran contado algo más de ella. Es lo que tiene dar tanto tiempo a un único personaje...

Los antiguos miembros tienen sus cameos, y de hecho su aparición suele mejorar el nivel general de la serie. Ohno sí tiene presencia constante en la temporada ya que sigue formando parte del club, aunque su presencia ha quedado reducida prácticamente a objeto de fanservice, salvo por unos breves minutos en un episodio al final. Ogiue aporta bien poco, siendo la presidenta el club, y ella especialmente nota el gran salto de 2 tomos que se ha dado en esta temporada, dedicados prácticamente a ella y que le aportaban el desarrollo que necesitaba. La presencia de Sasahara, Tanaka, Kugayama o Kousaka es prácticamente testimonial. El único miembro con más peso en esta temporada es Madarame, y gracias a la aparición de Kasukabe tenemos tenemos el mejor capítulo de la temporada, a pesar de las interferencias de Hato, que también las tiene en ese episodio.


Como podéis ver, he acabado decepcionado con esta temporada. Eso no quiere decir que la serie sea "mala", pero es que Genshiken, al menos sus primeros nueve tomos, es una de mis series favoritas. Y me duele ver el giro de la serie, cosa que por otra parte, también ocurre en la nueva parte del manga. 

Tal y como he comentado antes, creo que la aproximación correcta para ver esta temporada es como si fuera un spin-off. Lo mejor es ver Genshiken Nidaime sin esperar nada de los personajes clásicos, y olvidar el giro melancólico y el paso a la madurez de la segunda temporada. Que el objetivo sea ver de nuevo aventuras desenfadadas con un grupo de gente nueva. Con esa filosofía, la serie sí muestra algunos momentos divertidos y bien conseguidos, y unos episodios por lo general entretenidos y pasables, aunque poco destacables salvo algunos destellos fugaces en momentos aislados.


La animación de la serie está en un buen nivel. Me sorprende que haya sido Production I.G. la encargada de llevar a cabo esta temporada, ya que es un estudio de bastante renombre, mayor que el de Genco o Arms, que adaptaron las dos primeras. Como contrapartida, todos los actores de doblaje son distintos, y eso es una pena especialmente en personajes como Madarame, que ya no cuenta con la voz del gran Nobuyuki Hiyama.

No creo que Genshiken Nidaime sea un fiasco de serie, ya que por lo general los episodios son mínimamente entretenidos, pero sí supone, al menos para mi, un bajón respecto a sus temporadas precedentes. Y este un producto que ya no es especialmente recomendable, como siempre he dicho que son las temporadas anteriores o los nueve primeros tomos del manga.

sábado, 19 de octubre de 2013

Guerra Mundial Z

Vamos allá con otra de las películas veraniegas que pude ver en el cine (y estamos ya a mediados de octubre. Sí, la reseña llega un pelín tarde). En este caso, Guerra Mundial Z, o como hacer una película de zombies para niños.

Tenía ganas de ver esta película, a pesar de que las primeras críticas decían que se había pasado el libro de Max Brooks por donde no llegan los zombies. No obstante, el trailer parecía pintar una película de acción y supervivencia, y me interesan bastante ese tipo de historias. Y como no he leído el libro, me evitaba la parte de comparar entre ambos y lamentarme luego.

La historia nos presenta a un trabajador de las Naciones Unidas, Gerry Lane (Brad Pitt), que será el encargado de averiguar cómo terminar con la amenaza de una plaga de zombies (o infectados, como prefiráis), a los que llaman Zetas, que está asolando a la humanidad. Para ello se embarcará en una misión por todo el mundo recopilando pruebas que permitan aclarar cómo se ha originado esto, y qué se puede hacer para evitar la catástrofe.

Si bien After Earth era una película para el lucimiento del hijo de Will Smith, Guerra Mundial Z lo es para el lucimiento de Brad Pitt, tal y como marca el único nombre que se puede ver en el póster. Eso hay que tenerlo bien claro a la hora de ver la película. ¿La diferencia entre ambas? Que Brad Pitt sí aguanta mejor el peso del protagonismo de una película de acción, a diferencia de la anterior.

A mi Guerra Mundial Z me ha resultado una película entretenida, en líneas generales. Entra desde el minuto 5 en acción, y desde entonces es una sucesión tras otra de escenas que mantienen al espectador en su butaca pendiente del resultado. En ese sentido, la película cumple relativamente bien.


Digo relativamente porque no puede evitar escapar de los habituales clichés de este tipo de producciones. Si dicen que los Z se sienten atraídos por el ruido, podemos estar seguros que luego tendremos escenas con llamadas en momentos inoportunos, pisar cristales y estallarlos cuando se quiere ir de incógnito, o que la gente se ponga a cantar a todo volumen en una celebración.

La sensación que da al final, es que sí, efectivamente la cinta está repleta de acción, pero la manera de hilarla, para que Gerry Lane siempre acabe escapando por los pelos, está un poco cogida con pinzas en ocasiones. Mismamente en la escena de la celebración, cuesta pensar porqué no ha pasado nada antes, si la gente que se pone a cantar lleva así días, por ejemplo. O por qué si eres un experto investigador de las Naciones Unidas, la última esperanza de la humanidad y un tipo capaz de parar a un Z con una revista, no apagas el móvil en una misión que requiere silencio. Siempre tiene que pasar algo, vaya Gerry donde vaya, para que tenga que salir corriendo y escapando por poco.

¿Y por qué digo que es una película zombie para niños? Porque cuesta creer que a pesar de tener una película con zombies infectando y atacando a gran parte de la población, cueste ver una gota de sangre. Da la sensación que han rebajado el tono para hacerla llegar a un público más amplio, pero con eso creo que se pierde la esencia de lo que una película de estas características debería ser, le resta impacto.


Por lo demás, más allá de las escenas de acción la película muestra bien poco. Evidentemente Gerry tiene una familia a la que quiere regresar, pero su papel es bastante testimonial salvo en el primer tramo de la película, más allá de ser la fuente de la llamada inoportuna. Y la verdad, no se puede decir que me haya molestado esta decisión, en la mayoría de los casos la trama familiar me suele parecer un pegote en este tipo de películas. También tiene alguna que otra escena cómica (aunque no sé si intencionada o no), como la del experto virólogo, que me hizo reír bastante.

En lo que respecta a los comentarios más técnicos, debo decir que por lo general los efectos especiales no me llegaron a convencer del todo. Los Z son muy rápidos y desde luego esa rabia y rapidez que muestran asusta lo suyo, pero en muchos planos me daban claramente la sensación de ser digitales, y eso, para mi, le resta puntos. Y momento aparte se merece el vergonzoso product placement de cierta marca de bebidas.

En cuanto a Brad Pitt, como he comentado antes creo que cumple bien con su papel; eso sí, es el protagonista absoluto de la historia, con lo que ello implica para bien o para mal, por lo que si no os gusta, os va a pesar toda la película. Curiosamente, entre el reparto se pueden encontrar actores como James Badge Dale, Matthew Fox, David Morse o el nuevo Doctor Peter Capaldi (curiosamente acreditado como WHO Doctor, de World Health Organization Doctor), aunque sus papeles son bastante anecdóticos, especialmente el de Matthew Fox, al que ni siquiera reconocí en el momento.  Sin embargo, de todos los secundarios me quedo con Daniella Kertesz como Segen, una militar israelí y que es posiblemente el secundario que más participa en la historia.

¿Es por tanto Guerra Mundial Z una mala película? No, no creo que lo sea, siempre y cuando no se la valore como adaptación del libro, sino como película independiente. Es una cinta de acción entretenida y que cumple con su función de distraer al espectador durante las dos horas que dura, si uno no es muy exigente. Ahora bien, si uno va a verla como adaptación del libro que es, o como película de zombies, puedo entender perfectamente a los espectadores que se sintieron decepcionados.

jueves, 17 de octubre de 2013

WataMote (Watashi ga Motenai no wa Dou Kangaetemo Omaera ga Warui!)

Dentro de las series veraniegas de anime, habitualmente ligeras dado el calor de la época y la situación entre las dos temporadas fuertes del año (primavera y otoño), se estrenó WataMote, cuyo nombre completo me vais a dejar que solo lo utilice en el título de la entrada. Así ganamos todos.

La serie nos presenta a Tomoko Kuroki, una adolescente que entra en su primer año de instituto con la ilusión de rodearse de nuevas amistades, conocer gente y disfrutar de la vida. Sin embargo, Tomoko pasa totalmente desapercibida, no es capaz de entablar conversación con nadie y se da cuenta de que sus habilidades sociales dejan mucho que desear.

WataMote es una serie incómoda, y ha sido a la vez una agradable sorpresa y una serie bastante difícil de ver cada semana, debido a su propia naturaleza.

Últimamente nos estábamos acostumbrando a series protagonizas por personajes asociales que forman un club, como por ejemplo la finalmente decepcionante Boku wa Tomodachi ga Sukunai, o la entretenida Yahari Ore no Seishun Love Comedy wa Machigatteiru. Sin embargo, WataMote es una vuelta de tuerca a esas series, en el sentido de que en este caso la protagonista no forma un club de inadaptados para vivir estrambóticas aventuras, sino que se enfrenta a la soledad y a la indiferencia más apabullante del resto de compañeros. Irónicamente, lo de la formación del club se trata en la propia serie, resultando en una buena bofetada de realidad.


Desde el comienzo queda patente la enorme dificultad de Tomoko para establecer un contacto con sus compañeros, o por lo general, con cualquier otro ser humano que la rodea excepto su familia, y asistimos a sus intentos, más o menos acertados, para intentar revertir la situación.

Por eso decía que es una serie de difícil visionado. Porque WataMote tiene la peculiaridad de ser un drama disfrazado de comedia. Una y otra vez asistimos a los intentos de Tomoko por establecer algún tipo de contacto, y generalmente estos intentos acaban de manera humillante para ella, lo que se supone que debe ser gracioso, pero si uno atiende al trasfondo de la situación y le quita esa capa cómica, lo que queda es un poso tremendamente amargo, ácido y triste, y un grito de agonía y frustración.


Visualmente la serie cumple bastante bien, se atreve con algunos encuadres interesantes y muestra unas animaciones fluidas y añadidos visuales (como dibujos traslúcidos) que pegan bastante bien con la serie y su contenido. En ese sentido, el trabajo del estudio SILVER LINK. es bastante correcto. Me sorprendió en ese sentido la iluminación, que me recordó al estilo de otras series como Jinrui wa Suitai Shimashita, y el opening, de un estilo alejado a las clásicas tonadillas alegras y pegadizas.

Una vez pasada la impresión inicial y los dos o tres primeros episodios, sí que me parece que la serie se estanca un tanto en su esquema. Por un lado, porque Tomoko tiene que soportar el peso de cada episodio, y ver como cada uno consiste en ponerla en alguna situación comprometida de la que resulta mal parada, resulta algo repetitivo. No obstante, se introducen algunos elementos como una antigua compañera de colegio, Yuu, y una prima para darle algo de variedad a los episodios y que pueda tener algún mínimo contacto externo a su casa, lo que es de agradecer. En cualquier caso y a pesar de la aparición puntual de algún secundario, como su hermano Tomoki, o la ya mencionada amiga, Tomoko es la absoluta protagonista de la serie.

Por otro lado, salvo en los dos últimos capítulos, me hubiera gustado ver algo más de desarrollo en la historia, que vaya a algún lado. Porque si no, al final parece que la comedia tiene mucho más peso de lo que debería, y aunque es acertado no convertir esto en un drama serio de 12 episodios, no avanzar tampoco creo que sea la mejor opción. Pero al final parece que un tenue avance sí que hay, de cara a una continuación.


WataMote afronta el tema de la soledad, la marginación y la indiferencia desde una óptica diferente y en cierto sentido, más cercana a la realidad que otras series. Tomoko tiene un enorme problema, deseando que alguien se fije en ella pero luego siendo incapaz de responder a ese evento, salvo de manera bastante testimonial y poco alentadora. Algo de lo que es consciente y a lo que reacciona de distintas maneras, desde la más pura rabia a intentar convencerse de que en realidad, los contactos sociales son falsos, aburridos y no valen para nada.

Puede parecer contradictorio... pero me parece una visión bastante acertada. Tomoko está en una lucha constante entre sus ganas de cambiar debido al miedo a la más absoluta indiferencia, lo que resulta peor que ser marginada por caerle mal a alguien, y su convencimiento forzado, a modo de autoprotección, de que en realidad no merece la pena el esfuerzo de que está mejor así.


En ese sentido tampoco se responsabiliza a la sociedad o a algún agente externo, queda bien claro que Tomoko es un personaje complejo y con bastantes problemas, y la gran mayoría de situaciones vienen dadas por su falta de práctica en las relaciones sociales, o el extraño funcionamiento de su mente, que se monta sus propias películas sacando todo de contexto. Yo diría que es un personaje que, dentro de lo exagerado de su planteamiento, resulta bastante realista y creíble en su problema, alejado de otros protagonistas demasiado perfectos o incomprendidos. Tampoco se idealiza la vida en el instituto, lo que es de agradecer.

WataMote es, en resumen, una serie que me ha resultado sorprendente y entretenida de ver, aunque tras el impacto inicial se diluye un poco. No la consideraría especialmente recomendable, ya que no creo que resulte "agradable" de ver y me cuesta por tanto recomendarla abiertamente, pero sí es un punto de vista diferente a un subgénero que estaba teniendo algo de popularidad últimamente; un enfoque, por otra parte, bastante necesario, en mi opinión.

martes, 15 de octubre de 2013

Dragonlance: Dragons of Autumn Twilight (película)

Hace tiempo que tenía ganas de ver esta película. Como podéis deducir por el nick que uso, la Dragonlance es una serie de libros muy especial para mi. Hace ya muuuchos años, leí el anuncio de la compra de derechos para hacer una adaptación a película, y por supuesto, los seguidores de la saga comenzamos a ilusionarnos con las posibilidades, con los castings ideales, y toda la parafernalia tan habitual hoy día en producciones como Juego de Tronos, aunque en mucha menor medida, claro.

Finalmente, se anunció que la película sería de animación, lo que supuso una decepción. Poco a poco salieron más detalles, como que el director sería Will Meugniot, que tiene experiencia en el mundo de la animación al haber participado en la dirección de series como Capitán Planeta y los Planetarios o Los Auténticos Cazafantasmas, allá por los 80 y 90; su último trabajo antes de esta película fue para Marvel en Ultimate Avengers 2: Rise of Panther. 

En definitiva, un director muy ligado al mundo de la animación y con experiencia, aunque le falta algún título verdaderamente llamativo. La adaptación del guión correría a cargo de George Strayton, que hasta la fecha se había encargado del guión de un par de capítulos de Xena y otro par de capítulos de Hércules. Cierta experiencia con la fantasía televisiva sí, pero no había hecho mucho más en esos 8 años... La cosa no pintaba bien, y el trailer desmontó cualquier esperanza. La película salió directamente en vídeo en 2008, y no me he atrevido a verla hasta hace poco.

La historia de esta película adapta el primer libro de la trilogía de las Crónicas de la Dragonlance, llamado El Retorno de los Dragones. En él, un grupo de amigos se reúnen en la Posada de El Último Hogar tras cinco años sin verse, para ponerse al día de sus últimas investigaciones en busca de los dioses antiguos. Ese día se ven envueltos en un altercado al defender a unos extranjeros, y tienen que salir por la cocina de la posada, huyendo de los guardas de la ciudad. Lo que empezó como una gresca casi sin importancia toma tintes más serios cuando entre los extranjeros se revela una supuesta sacerdotisa de Mishakal, una de las deidades supuestamente desaparecidas.


Si hay algo que llama la atención nada más empezar a a ver esta película, sobre todo teniendo en cuenta que es cine de animación, es precisamente la calidad de esta: bochornosamente anticuada. Estamos ante una película del 2008, que tiene una animación que sería digna de una película mala de la década anterior... como poco: movimientos bruscos y poco fluidos, un diseño de personajes que no está mal y que guarda similitudes con el diseño ochentero de las primeras ilustraciones, pero que se ve claramente afectado por lo primero, y por encima de todo, unos efectos 3D bastante lamentables para animar a las criaturas.

Si ver una película de animación que falla en esto mismo ya es de por sí difícil, cuando encima el guión no acompaña se vuelve una tarea más complicada todavía. El problema que tiene esta película, es que intenta condensar todo el primer libro en apenas 90 minutos, y eso es sencillamente imposible. 


Toda la película está llena de escenas pegadas una tras otra sin apenas transiciones, viajando de un lado a otro sin que tengamos una mínima introducción decente al sitio o un desarrollo más elaborado de las motivaciones de los personajes. Personajes que están ahí porque tienen que estar, pero de los que apenas se nos cuenta nada. Sencillamente, no hay tiempo. Y es una pena, porque personajes como Raistlin, Tanis, Flint, Tass o Fizban están muy desdibujados (je) de sus respectivas contrapartidas literarias, no transmiten ni una cuarta parte de la personalidad que tienen.

Esta es una película para los que ya han leído el libro y puedan ir atando cabos de una escena a otra. No es que el libro fuera una lectura compleja, más bien todo lo contrario, pero al menos sí que quedaba bastante claro el viaje y la evolución de los personajes. Aquí todo sucede a trompicones, y el único interés reside, para los que ya han leído el libro, en ver ciertos escenarios o escenas, algunas más acertadas que otras. Para los que no lo hayan leído, muy posiblemente se aburran ante una historia mal hilvanada consecuencia de los sucesivos machetazos a la historia, y una animación mediocre.

Es una película que a mi me parece bastante mala y para olvidar. Y creo que en eso no me ciega el cariño a la saga. Si te gusta la Dragonlance y tienes curiosidad, pues se le puede echar un vistazo, pero sin guardar las más mínimas esperanzas de ver algo decente. Así igual resulta algo mejor de lo que es.

martes, 8 de octubre de 2013

Series veraniegas de 2013

¿Series de verano de 2013? ¡Pero si estamos en otoño! Pues sí, tenéis razón... La falta de tiempo y de ganas tras el trabajo, y el enjambre de reseñas pendientes que se acumulan como rabiosos infectados de World War Z han provocado que esta reseña se atrase un poco... Bueno, un mucho. 

Pero bueno, aquí está al fin. No va a ser muy extensa porque no he visto muchas, y encima de tres que empecé, dos fueron abandonadas sin ninguna compasión. Además de las que voy a comentar ahora, también he visto la última temporada de Futurama, pero como esa ya está completa (salvo que vuelvan a encargar en un futuro más episodios...) tendrá su propia reseña.

Como siempre, de mayor a menor interés...

Continuum, temporada 2
Después de una entretenida primera temporada, tenía curiosidad por saber cómo continuaría la serie. Continuum es una serie de ciencia-ficción que nos presenta a la agente Kiera Cameron, que viaja al pasado por accidente junto a unos peligrosos fugitivos que quieren cambiar el pasado para que el mundo del futuro se libre de las corporaciones, los nuevos gobernantes. Este año se ha emitido la segunda temporada, de 13 episodios, a sumar a una primera de 10.

Esta segunda temporada me ha dejado un regusto algo agridulce, aunque en líneas generales me sigue pareciendo entretenida. El regusto amargo me lo dejan algunos episodios que tiran más por el género policiaco más convencional y que resultan un tanto predecibles, así como algunos momentos en que no acabo de comprender ciertas reacciones o motivaciones de los personajes. En esta temporada además se complica más la trama por la aparición de los Freelancers

Para mi gusto, deja la sensación de ser una temporada de transición, entre la presentación de la anterior y el futuro desenlace, pero al menos han avanzado algunos aspectos de los personajes, como la relación profesional entre Kiera y Carlos, y sigue aportando algunas reflexiones interesantes sobre las consecuencias de los viajes en el tiempo y la duda de si inmiscuirse en el pasado o no, en el caso de Kiera. No me parece una maravilla, pero se deja ver y los errores que tiene no me terminan de resultar molestos, igual por la falta de competencia que tiene cuando se emite.


Siberia, temporada 1
Este ha sido el único estreno que no he abandonado. Siberia es un falso reality cuya primera temporada consta de 11 episodios. En él, un grupo de personas son trasladadas a Siberia para un concurso de televisión. El objetivo es sobrevivir al invierno y a las distintas vicisitudes de una vida tan alejada de la civilización, pero todo concursante es libre de abandonar cuando quiera. Entre los que queden, se repartirá un suculento premio. Todo se tuerce el primer día, cuando un accidente afecta a uno de los concursantes.

De esta serie me resultó bastante curioso el formato de falso reality. He leído algunas críticas de gente que se pensaba que esto iba en serio, cosa que me extraña al ver el primer episodio. Quiero decir, es imposible que esto sea un reality de vedad... Me resulta curioso el formato, y es un buen pro, pero tiene la no menos buena contrapartida de las limitaciones que impone: llega un momento en que sencillamente hay que tragar que los cámaras solo se limiten a grabar, y uno entiende que en una situación como la que se plantea eso es sencillamente imposible. 

Si uno pasa por el aro, la historia tiene intriga y los episodios son generalmente entretenidos, con algunos bastante buenos (What She Said, por ejemplo), y un segundo tramo bastante interesante, aunque mirándola en retrospectiva, tiene algunas partes que no me encajan sino como relleno. Como contrapartida, la finale me pareció demasiado rebuscada en lo que respecta a crear expectación de cara a una posible continuación. No obstante, igual le dan un sentido. Si la acaban renovando para una segunda temporada, claro...


Under the Dome, temporada 1 (abandonada)
Esta serie está basada en La Cúpula, libro de Stephen King. La historia nos presenta a un pequeño pueblo de Estados Unidos, que un buen día descubre cómo ha sido aislado del exterior por la acción de una extraña fuerza con forma de cúpula. Nadie puede salir, ni entrar, y esto pondrá a un grupo de personajes al límite, a la vez que intentan descubrir qué exactamente lo que les encierra y por qué.

El primer episodio de esta serie me resultó muy interesante. Y es que el punto de partida promete bastante, y puede ser una buena excusa para mostrarnos a los personajes en situaciones límite, reflejando el comportamiento de la humanidad en situaciones de peligro o amenaza. Esto sería así si los personajes fueran mínimamente interesantes, o las que cosas que hicieran tuvieran algún sentido, que no me parece el caso.

Prácticamente desde el principio se van viendo escenas que me parecieron forzadísimas, como Duke y su marcapasos, cómo se conocen Barbie y Julia, alguna escena de pánico con la policía, la del virus (del que nunca más se supo) o una de las mejores: con qué facilidad cierto personaje consigue hacerse policía. Por lo que se ve, en los pueblos de EEUU le dan la placa a cualquiera, solo tienes que tener un buen día. Además fue renovada para una segunda temporada, y si ya estaba viendo relleno por todos lados eso me desanimó bastante, que aguantar personajes que no me importan nada durante a saber cuánto tiempo para ver cómo acaba, no me compensa. Abandonada en el quinto episodio, de los 13 de los que consta la primera temporada.


The White Queen, temporada 1 (abandonada)
Esta es una serie de 10 episodios emitida por BBC One, y basada en el libro de mismo nombre de Philippa Gregory, que explora el conflicto de los Lancaster y los York tras la Guerra de las Rosas. Se centra en Elizabeth Woodville, la consorte del rey Eduardo IV, viviendo en una época turbulenta donde se sigue luchando por el poder de la corona, incluso habiendo terminado la guerra.

De esta vi menos episodios incluso que Under the Dome: únicamente tres. Ni siquiera el primer episodio consiguió captar mi atención, y tras ver un par de ellos más que pasaron sin pena ni gloria, decidí abandonar la serie y pasar a cosas más interesantes.

El gran problema que le vi, es que como diría Bárbol, es una serie demasiado apresurada. Todo ocurre a toda velocidad, los personajes se conocen, enamoran y se juran amor eterno en 40 minutos, otros cambian de opinión de un capítulo para otro sin motivo aparente, hay una ingenuidad latente en el comportamiento de otros que no tiene ningún sentido, y la ambientación me parece demasiado limpia y pulcra para la Edad Media. Muy de cartón piedra todo. Como punto a favor, algunos momentos en los que las intrigas cobran más importancia y el personaje de la madre de Elizabeth, pero no es lo suficiente como para que me resulte mínimamente interesante.


¡Y eso es todo! Como veis, no ha sido un verano especialmente provechoso en cuanto a series actuales. Por contra, tomé la decisión de priorizar el visionado de otras como Doctor Who (vista ya la primera temporada) o Star Trek The Original Series (en pleno visionado de la primera). Y es que para empezar a ver series que luego sigo por inercia o a disgusto, he decidido que mejor cortar por lo sano y pasar a otras que me apetece ver mucho más.

viernes, 4 de octubre de 2013

Pacific Rim

Mentiría si no dijera que estaba esperando esta película con ganas. Como le decía a todo el mundo que me preguntaba porqué: mechas contra bichos tipo Godzilla. Para alguien como yo amante de la ciencia-ficción, el anime y en particular series como Evangelion, esta película era de obligado visionado.

Y es que además hay que tener en cuenta que en la dirección se encuentra Guillermo del Toro, director de Hellboy o El Laberinto del Fauno, director conocido por su fascinación por los monstruos y criaturas mitológicas. En el guión también colabora, aunque la historia es de Travis Beacham, encargado del remake de Furia de Titanes.

La película nos cuenta la situación que vive el mundo en la actualidad, asediado por unos alienígenas monstruosos que surgen de una brecha en el oceáno Pacífico, los kaijus. Ante la fuerza y el poder de destrucción de estos kaijus, los humanos contraatacan con los jaeger, unos robots gigantes controlados por dos humanos sincronizados por un puente neuronal. Estos jaeger tendrán que hacer frente a una amenaza cada vez mayor si quieren asegurar el futuro de la humanidad.

El argumento es bastante sencillo, no nos vamos a engañar, pero cuando uno va a ver a mechas dándose mamporros con lagartijas gigantes, no espera encontrar un drama de europa del este. Vistas las expectativas que tenía, ¿me ha convencido Pacific Rim? En gran parte sí, aunque podía haber estado mejor.

Pacific Rim es toda una descarga de adrenalina, que prácticamente descarga todo su peso en las escenas de acción. Estas escenas de acción son tan grandiosas y tan épicas, que compensa lo endeble de su desarrollo de personajes.


En lo que respecta a la acción, no tengo ninguna pega, salvo igual algún despiste en algún detalle puntual o alguna trampa de guión algo absurda, como las espadas. Las escenas están bien rodadas y visualmente son una gozada, se nota que han puesto mucho cuidado en el aspecto técnico. Se puede ver cómo las gotas de agua se van separando del robot con los movimientos de este. Los combates son muy dinámicos y entretenidos y dejan algunos momentos llenos de épica y desasosiego, como toda la fenomenal batalla de Hong Kong.

En los personajes la película flojea. Al protagonista, Raleigh Becket (Charlie Hunnam), le falta carisma para llevar ese rol. Carisma que es compensado por un Idris Elba sublime en cada toma, en su papel de Stacker Pentecost. En cuanto a Rinko Kikuchi interpretando a Mako Mori, encontré su personaje más interesante que el de Raleigh, pero tampoco es especialmente llamativo, ya que su desarrollo se ve venir a lo largo de la película. Lo mismo ocurre con personajes como Chuck Hansen (Robert Kazinsky), que desde el minuto 1 ya se pueden intuir varias escenas a protagonizar y su evolución.


Salvando el detalle de los personajes y algún que otro bache que tiene la película por tanto cuando se centra en ellos, por lo demás es tremendamente entretenida. Tiene buen ritmo y no lo deja caer tanto en estas escenas, rescatando siempre la acción con algún nuevo combate o inconveniente que se plantea a los personajes. Y además, contras como el de los personajes no resultan demasiado molestos gracias al otro gran punto fuerte de la película, junto a las escenas de acción: su honestidad. Pacific Rim no pretende darnos alguna lección moral sobre nada, ni pretende ser otra cosa de lo que mostró claramente en su trailer: solo quiere que veamos a dos colosos dándose tortazos. Para ello teje una escena de acción tras otra, dando algunas pinceladas de los personajes así como de la mitología en que se basa este universo. Igual faltaban algunos trazos para tener un conjunto más disfrutable, pero han sido los suficientes como para que la película se sostenga.

Por lo demás, es una cinta muy de del Toro, con sus detalles visuales y sus cameos, por lo que los fans del director posiblemente la disfruten. No faltan tampoco algunas referencias visuales a series como Evangelion, hay planos y diseños que claramente recuerdan al mítico anime de Gainax, y sobre todo, esta es una de esas películas para ver en pantalla grande, disfrutándola en el cine gracias a su poderío visual, sus escenas de acción y su pegadiza banda sonora. Es una de esas películas que apelan al sentido de la maravilla más básico del niño que llevamos dentro.