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martes, 31 de diciembre de 2013

Repaso al 2013 y retos para el 2014

Otro año que se cierra, y otra entrada recopilatoria para resumir lo que ha dado de sí este año. Si Ataque a los Titanes puede hacerlo tras solo 12 o 13 episodios, ¿por qué yo no tras 12 meses?

En general, este año comenzó siguiendo el ritmo del anterior, que terminó con un ritmo muy alto de publicaciones, pero luego se ha ido frenando poco a poco debido a la carga de trabajo que llevo en el día a día. Por ese motivo, cuando tengo tiempo no tengo ganas, o viceversa. A pesar de todo, con esta serán 87 entradas en 2013, llegando a superar incluso las 84 de 2012. Lo que ya no tengo claro es qué será del 2014... En fin, paso a recopilar un poco el año por categorías, aunque intentaré no extenderme tanto como el año pasado.

Cine y TV
Muchas películas vistas este año, tanto estrenadas dentro del 2013 como de las eternas películas atrasadas que voy viendo poco a poco, y donde ha habido un poco de todo, desde comedia a cine clásico, pasando por producciones de gran presupuesto como La Vida de Pi, El Hobbit o Star Trek, a engendros como A*P*E o Future War rodadas con cuatro duros.

Si tuviera que quedarme con una de las que he visto este año (independientemente de su estreno), más allá de la espectacularidad de Star Trek Into Darkness, la dureza de Amour o la grandeza de The Artist, sería con La Vida Secreta de Walter Mitty, un gran canto a los sueños, a la gente y a dar ese primer paso para salir y hacer cosas. A muchos igual les sorprende esta elección, pero es que es una película muy personal. Tenía muchísimas ganas de verla y no me ha defraudado en absoluto, aunque como digo, es una película que entiendo que a muchos les pueda dejar muy frío. Si no hubiera sido esa, habría elegido The Artist, seguramente.


Y en lo que respecta a la pequeña pantalla, lo mejor que he visto ha sido sin duda White Bear, el segundo episodio de la segunda temporada de Black Mirror, la estupenda distopía británica de Charlie Brooker. Entre cine y televisión, este episodio ha sido lo que más me ha impactado en todo el año, una historia brutal, llena de acción y con una conclusión fascinante.

También terminé Fringe, la primera temporada de Doctor Who (solo he visto una temporada en todo el 2013, ¡¡argh!!), he empezado Star Trek The Original Series, y de los nuevos estrenos, Agents of SHIELD y Almost Human, además de continuar con las sitcoms que ya estaba siguiendo. Espero que en 2014 pueda terminar de ver Star Trek TOS al menos, y otra temporada de Doctor Who (vamos a ser realistas).


Manga y anime
En lo que respecta al anime, este he año he continuado con el tope de 5 animes por temporada, porque si no, se me va de las manos. De hecho, a pesar del tope tengo muuuucho anime acumulado de la última temporada de otoño todavía. Cada vez soy más selectivo con las series que veo y ya no me tiembla el pulso en dejar de ver alguna si entiendo que estoy perdiendo el tiempo o que no me va a resultar interesante, como Kill la Kill.

Lo mejor del año en este sentido para mi ha sido la segunda temporada de Chihayafuru. Nunca pensé que una serie sobre karuta fuera a gustarme tanto, pero es que los personajes son gloriosos, y la serie es extrañamente épica. Estoy deseando conocer cómo avanza la historia. También he visto la última película de Makoto Shinkai, Kotonoha no Niwa, que está bastante bien pero no me parece de sus mejores obras, y al fin he podido ver Los Niños Lobo, de Mamoru Hosoda, que me ha gustado mucho. Hosoda se está consagrando, para mi, como uno de mis directores favoritos del panorama de la animación japonesa.


El manga ha sufrido un parón este año. Antes leía bastantes series por scans, pero ahora mismo las tengo todas paradas. Incluso One Piece. Sencillamente, nunca encuentro el rato de ponerme con ellas, siempre tengo otra cosa que hacer, o me apetece ver algo y no leer. También afecta el hecho de que tenía bastantes series compradas esperando ser leídas como Kimagure Orange Road o Medaka Box, por lo que he priorizado eso; y además hay otro factor adicional que al fin ha recibido el tiempo que merece, que me ha enganchado bastante y del que os hablaré a continuación...


Cómic
El manga es cómic, obviamente, pero he querido separar ambas categorías porque culturalmente tienen elementos diferentes, y además, porque este 2013 ha sido el Año del Cómic para mi. Algo había leído antes por supuesto, pero este año he aprovechado muchas reediciones para empezar a leer grandes series que siempre tenía en espera, como Fábulas de Bill Willingham, Sandman de Neil Gaiman, o empezar más en serio en el mundillo del cómic de superhéroes, leyendo algunas  series del Nuevo Universo DC (NUDC) como Batman o Superman, a las que se añadirán unas cuantas más próximamente. También he leído el primer número de Saga, de Vaughan y Staples, que me ha gustado mucho y del que espero más en el futuro.

Fábulas y Sandman están cumpliendo mis expectativas, son dos series muy buenas que merece la pena leer, y con los cómics de superhéroes, me ha gustado mucho el comienzo de Batman y Detective Comics. Tengo como asignatura pendiente todavía el cómic europeo y seguir mirando más cosillas de material atrasado y de Marvel, pero el presupuesto da para lo que da.



Libros
Decía el año pasado que los libros eran una de mis asignaturas pendientes, y aunque este año no es que pueda comentar que ya he solucionado ese problema, al menos he mejorado algo. Ya he comentado más de una vez que me encanta leer, pero dedicarle solo el rato antes de dormir implica avanzar muy lentamente con las lecturas.

Este año he leído por fin Danza de Dragones, que me ha resultado bastante decepcionante, y he visitado de nuevo la Tierra Media (aunque no tanto como pretendía), que hacía años que no paseaba por sus páginas. No he leído tantísimo, pero quitando las relecturas de El Señor de los Anillos y El Hobbit, el que más me ha gustado de todos ha sido Mil Soles Espléndidos, libro que además terminé ayer mismo. Cita con Rama y Stardust también me han dejado muy buena impresión.

La lista de libros por leer sigue aumentando y la pila de libros en la mesa pendientes de leer sigue prácticamente intacta. Y para el año que viene ya tengo otra relectura en marcha que me apetece muchísimo, ¡más abajo os cuento!

Imagen de RozeFire.

Retos del 2013
Este año me metí en un montón de jardines, sin ser consciente de lo muchísimo que me iba a limitar mi trabajo en cuanto a tiempo libre. La gran mayoría de retos por tanto ha terminado en fracaso, pero bueno, creo que a pesar de todo y mirándolo en perspectiva, no ha estado mal. Esto es como las elecciones en política, que todos ganan. Vamos por partes.
  • Reto Manga: 25 tomos.
    Conseguido, al final han sido 26, y aquí no estoy contando todos los cómics que he ido leyendo a lo largo del año. Creo que este 2013, al menos en lo que respecta al mundo del cómic en general, ha sido bastante provechoso.
  • Reto Cinéfilo: 75 películas.
    Fallado, me he quedado en 69 películas. El año pasado fueron 52, así que este año a pesar de todo el follón que tengo de trabajo, he visto 17 películas más y me he quedado a solo 6 de cumplir el reto. No está mal... Pero no ha sido suficiente.
  • Reto Literario: Recorriendo la Tierra Media.
    Fallado, y este me fastidia especialmente porque lo propuse yo... De los 7 libros de los que constaba el reto, al final he leído 5, no he podido ponerme al final ni con los Cuentos Inconclusos, ni con El Silmarillion, que los intentaré leer durante 2014. A pesar de no haberlo completado, ha sido una gozada leer de nuevo las aventuras de Bilbo y la comunidad del anillo.


  • Reto literario: 12 libros.
    Aquí me vais a dejar que burle a GoodReads, y diga: Vaaale, conseguiiiido. GoodReads me marca 9 libros leídos este año, pero porque la edición que tengo de El Señor de los Anillos recopila la trilogía más los Apéndices y cuenta como 1. Estos libros los leí en su momento y también los tengo por separado. Si añado los otros tres libros (de los cuatro que consta), me salen los 12. ¿Tramposo yo? ¿Quién ha dicho eso?
  • Reto seriéfilo: empezar a ver Stark Trek y Doctor Who.
    Fallado. Empezar, lo que es empezar, lo he hecho con las dos. De Doctor Who he visto ya la primera temporada, y de Star Trek estoy en ello. El problema es que de Star Trek el reto consistía en ver las tres temporadas de la serie clásica...

Y para el 2014...
En general y como podéis ver, he fallado en casi todo, vaya fracaso... xD Pero bueno, es lo que hay con el tiempo que tengo. Por eso para 2014 no me voy a poner retos en plan ver 100 películas o leer 50 cómics en un año, o cosas así, lo que tenga que ser, será. Pero hay uno organizado por Mss Black de Monsters are Such Innnteresting People al que sencillamente no he podido resistirme...


El reto consiste en leerse las Crónicas y las Leyendas de la Dragonlance durante 2014. Al igual que me apetecía mucho retornar a la Tierra Media, en una conversación tuitera salió el tema y la verdad es que estoy deseando volver ahora a Krynn. Por el nick y avatar que uso, no debería extrañaros mucho... :)

Son seis libros (serán 2 para GoodReads, ¿necesitaré hacer la misma ñapa otra vez?), de una lectura ágil y entretenida, así que confío en poder con ello durante este año que entra. Además, con las Crónicas empezaré ya mañana, que ahora mismo me he quedado sin lecturas, por lo que espero llevar un buen ritmo.

Y para terminar, también me apuntaré al reto de los Premios Hugo de Gecko Books. Además de encantarme la ciencia-ficción y tener yo mismo esta idea en mente (solo que sin forma de reto), no hay límite de tiempo, lo que ayuda bastante dadas las perspectivas...


Cuando le de el lavado de cara al blog uno de estos días antes de volver a trabajar, actualizaré la sección de retos añadiendo los nuevos. 

Y nada más, gracias por seguir aquí otro año más, y gracias también a todos los que os habéis incorporado este año. ¡Espero que tengáis un buen 2014 y nos sigamos viendo por aquí y vuestros blogs!

sábado, 28 de diciembre de 2013

Santa Claus Conquista a los Marcianos

El mes pasado no hubo Baúl Mohoso, y para compensar y como estamos en Navidad, he decidido hacer un sacrificio este mes y reseñar una película navideña. Eso por sí solo ya sería algo realmente meritorio, pero he aprovechado para matar dos pájaros de un tiro y he visto una película navideña digna de esta sección: Santa Claus Conquista a los Marcianos.

Esta película se estrenó en 1964, aunque el repunte de su fama se debe principalmente a la emisión a principios de los 90 en The Comedy Channel y su recopilación dentro de Mystery Science Theater 3000. A partir de aquí su popularidad se puso por las nubes, entrando en diversas listas de las peores películas de la historia, así como aparecer como una de las peores películas en la IMDb.

La historia trata sobre el rapto de Santa Claus por parte de los marcianos, porque sus hijos están ensimismados con los programas terrestres que tratan sobre él, a la vez que tienen problemas para dormir y se muestran siempre taciturnos.

El argumento es una auténtica chorrada y la película es ciertamente cutre, pero debo decir que a mi no me ha parecido tan tan mala. Sobre todo porque es una película bastante honesta con su planteamiento, que no es otro que ser un entretenimiento navideño para los niños americanos de los años 60.

Los marcianos.  No hace falta decir nada más... Bueno sí, vaya bigotazo de Hightower

¡Y caracoles si esta película no es hija de su tiempo! Tenemos al pequeño Billy y la pequeña Betty como buenos exponentes de los infantes americanos de los 60, los dos bien vestidos, educados y rubitos, declamando los diálogos del guión de una manera absolutamente bochornosa. Pero en fin, en eso el resto de adultos tampoco puede hacer mucho más con el material que tienen.

Realmente, la sensación que tenía cuando empecé a ver esto, es que no sabía si estaba viendo una película paródica o si realmente se estaba tomando en serio. Era como ver los vídeos de educación de los 60 que salen en Los Simpsons, con las mismas entonaciones.

Pura felicidad (e indicios de psicopatía) en los niños al ver a Santa

Pero es que realmente, su público es el que es: niños pequeños de los 60 que quieren ver una película de Santa Claus. Así, tenemos una película marcadamente infantil y sobreactuada con marcianos con antenas de plástico y un colador en la cabeza que comen hamburguesas en pastillas, un hombre disfrazado de oso polar, el anciano marciano Chochem (que tiene pinta de humano y se parece a Gandalf, no sé por qué), niños repelentes o la delirante aparición de Torg el Robot.

Eso sí, es una película que para una persona que supere los 10 años de entonces (y posiblemente los 5-6 de ahora) puede resultar lobotomizante. Es muy inocente, como no podía ser de otra forma, y su historia no tiene mucho interés para quien ya haya visto algo de mundo. El guión es muy simple aunque eficiente, y así, a falta de Grinch tenemos a Voldar, el marciano malo, y todo se soluciona con risas, jolgorio, juguetes y pompas de jabón. Solo faltaban los unicornios vomitando arco iris.

La mejor escena de la película: el ataque de Torg el Robot a Santa

Como era de esperar, la película también intenta calzar alguna moralina sobre los niños, como el significado de la Navidad (¡juguetes! Aunque vale, sí, puedo entender que no es más que una representación de una parte de la infancia...) y su papel en el mundo a esa edad, así como alguna que otra pulla a la industrialización (toma ya).

Realmente hay muy poco más que añadir sobre esta película. Es cierto que es mala, muy mala, pero si uno se pone en contexto y observa el público al que va dirigido, se entienden ciertas cosas, por lo que no podría considerarla una de las peores películas que he visto en mi vida... Mismamente, el especial navideño de Star Wars me parece bastante peor. Aunque sí, es bastante malilla.

¡Ho ho ho, feliz Navidad!

sábado, 21 de diciembre de 2013

El Hobbit: La Desolación de Smaug

Llega diciembre, y con él, aparte del frío, una nueva entrega de la trilogía de El Hobbit. Poco más hay que añadir a estas alturas para presentar esta película, después de toda la fama adquirida y la campaña publicitaria con eventos, trailers y demás parafernalia.

Esta segunda parte, titulada La Desolación de Smaug, parte donde lo dejó su predecesora, Un Viaje Inesperado. Los enanos, Gandalf y Bilbo siguen con su viaje una vez cruzadas las Montañas Nubladas, y se acercan cada vez más a La Montaña Solitaria, donde mora Smaug el dragón. Pero antes de llegar tendrán que afrontar otros peligros en el Bosque Negro, a la vez que una amenaza más oscura empieza a tomar forma...

Esta reseña me va a doler, y es que no pensé que llegaría a hacer una reseña de este tipo sobre una película de la Tierra Media dirigida por Jackson. Pero me equivocaba. 

Eso sí, vaya por delante que la película no está mal, no me parece un desastre; pero a diferencia de la primera parte, con la que ya tuve mis más y mis menos, en esta le encuentro algunos problemas más importantes que en aquella.

Creo que el principal problema que tiene La Desolación de Smaug es el ritmo. Y no será porque le faltan escenas de acción... Más bien todo lo contrario: tiene demasiadas, y la película necesita pausa, necesita descansar un poco entre tanta persecución e intercambio de golpes y flechas. 

Y es que empecé a torcer el gesto casi al principio de la película. El pequeño prólogo en Bree me gustó, una escena de los Apéndices que está bastante relacionada con la historia y que da algo más de trasfondo a la relación de Gandalf y Thorin. Pero de ahí se pasa al encuentro con Beorn... y este me parece un desastre y toda una declaración de intenciones en lo que respecta a su filosofía como adaptación.


El encuentro de la compañía con Beorn en el libro me encanta. Es una escena que podría haberle aportado una línea de pausa y comedia antes de meterse de lleno en la acción en el Bosque Negro, pero deciden darle un lavado de cara y meter una persecución. Para mi, le quitaron toda la magia al encuentro con Beorn, y desaprovecharon una buena ocasión para aportar algo diferente.

Pero este no va a ser el único cambio. Como ya he dicho, este comienzo es una declaración de intenciones, y así, a lo largo de la película, podremos ver cómo el libro es alterado una y otra vez. Veremos cómo los elfos y orcos cobran mucho más protagonismo del que tenían, cómo muchas escenas se alargan hasta lo indecible, como muchos personajes están donde no deberían, y otros no están donde deberían.

Vaya por delante que no soy un maniático de los cambios en una adaptación, entiendo que hay que cambiar ciertas partes porque el ritmo cinematográfico es diferente al literario, o porque hay que darle un peso distinto a algunas cosas para que encaje todo mejor. Por ejemplo, entiendo y me parece bien que no salgan los perros mayordomo de la casa de Beorn, porque eso quedaría extraordinariamente raro en la película; entiendo y me ha gustado mucho que Bardo tenga más peso en la película, porque es un personaje que tiene un peso relevante en la historia y en el libro sale demasiado poco; y entiendo que habiendo rodado antes El Señor de los Anillos, no puedes volver al anillo presentándolo únicamente como un objeto que te hace invisible, o que hay que presentar ciertas conexiones. 


Pero las cosas hay que hacerlas bien, y creo que muchos de los cambios únicamente buscan meter más y más acción, o directamente, venderte una escena para el 3D, como la escena de los barriles. Y muchos de estos cambios, provocan algunos problemas en el guión, como en el tramo final. Que por cierto, la escena de los barriles me gustó, es muy espectacular..., aunque como casi todo en esta película, se me hace excesivamente larga. Está llena de batallas para meter aun más acción, y además, se cepilla la idea original del libro, que era simplemente que Bilbo idea un plan para hacer una huida sigilosa. Sigilosa. Pero no, hay que meter elfos y orcos casi en cada escena en esta película.

Otro ejemplo es toda la acción con Smaug en la Montaña, que me parece excesiva a la vez que increíble. Me gustó mucho el comienzo con Bilbo, la escena de Bilbo y Thorin donde este último ya empieza a mostrar la ansiedad por encontrar la Piedra del Arca..., pero luego, en la misma línea que el resto de la película, todo se hace excesivo. Y para mi gusto, queda mal. Y queda mal porque no me resulta creíble lo que acontece entre Smaug y los enanos, y mucho menos su anticlimática resolución, además de estar cogida con pinzas.

Irónicamente, en una escena que sí que podrían haber aprovechado para extenderse un poco más, es en el Bosque Negro, con las arañas. Creo que es una escena que liquidan bastante rápido, y que podría haber dado mucho más juego, pero parece que estaban deseando meter ya a los elfos. Aunque igual nos encontramos algo al respecto en la futura versión extendida.


Pero bueno, no todo son cosas malas. La ambientación sí me gustó, ahí creo que habrá pocos reproches, la película es visualmente muy bonita y todo el diseño de producción, vestuario, paisajes, etc. está muy trabajado y me pareció muy certero, salvo por el tema del clon de Azog, que parece que tiene que haber un orco cabecilla del mismo tipo en cada película... y además, donde esté alguien caracterizado de orco, que se quite un orco digital.

Las interpretaciones también son correctas, especialmente un Martin Freeman que encaja muy bien como Bilbo, el siempre fiable Ian McKellen o un buen Luke Evans como Bardo. El que no me gustó fue Lee Pace como un Thranduil pasadísimo de vueltas. De la misma manera, el diseño de Smaug también me gustó mucho, así como el de Beorn. Y curiosamente, otro punto positivo me parece Tauriel. Pensaba que iba a ser un personaje que sería muy odiable, pero no. Me gusta su independencia y su fortaleza. Otra cosa es la excesiva importancia que vaya a tener en la historia, o cierta trama sentimental que han metido que me parece cuanto menos, increíble. Y que además da para una escena bastante ridícula.

¿Es La Desolación de Smaug una mala película? No, en absoluto. Su trabajo técnico está bastante bien por lo general, aunque en algunas escenas me ha parecido que ciertos efectos cantaban un poco, y la historia, a pesar de seguir un camino sinuoso saltándose a la torera el libro, sigue los puntos principales, además de tener algunos momentos inspirados y que sí me gustaron mucho. El problema es que luego casi siempre terminaban rematándolos de una manera que me dejaba un poso amargo. También quería mencionar la banda sonora, y es que... me pareció muy simplona. Excepto por el tema de la Ciudad del Lago, el resto acompaña bien, pero no creo que destaque especialmente salvo en algunos momentos muy puntuales. Es lo que pasa cuando tienes que hacer música para una escena de acción tras otra casi del mismo estilo, que al final las fanfarrias se hacen parecidas y no hay sitio para innovar mucho más.

Para mi gusto, es una película que se encuentra un escalón por debajo de Un Viaje Inesperado, y un par de peldaños por debajo de la trilogía de El Señor de los Anillos. Y esto último lo digo también por la sensación que transmite. Mientras que en la trilogía yo podía apreciar el cariño de las personas implicadas en ella, aquí no lo veo, y eso me deja un regusto amargo. Solo veo un recipiente de casi 3 horas para meter muchas escenas de acción, que todo mole mucho y vender 3D. Y entiendo que esto es un negocio, pero hay que buscar un compromiso, no todo vale. Espero que la tercera parte recupere parte de la magia perdida en el camino.


viernes, 13 de diciembre de 2013

Rush

Hoy toca reseña de una película que vi medio de rebote: Rush. No tenía pensado verla, pero entre que las críticas que iba leyendo la ponían bastante bien, que la pusieron a 3€ en el cine en esas sesiones especiales que hacen los lunes y que mis amigos dijeron de ir a verla, me animé.

Rush cuenta la historia, basada en hechos reales, de la rivalidad entre dos pilotos de Fórmula 1, Niki Lauda y James Hunt, que compitieron en los años 70. Más concretamente, la película se centra en la disputadísima temporada de 1976.

No soy especialmente fan de la Fórmula 1, y ese era el motivo principal de mi reticencia a ver esta película: que no me llamaba la atención. Está dirigida por Ron Howard, director de películas como Willow, Apolo 13 o ya más recientemente El Código da Vinci, Ángeles y Demonios o The Dilemma. Salvo por las dos primeras, de las que guardo un buen recuerdo, tampoco es un director que me llame especialmente.

Pero he de reconocer que Rush es bastante entretenida, y esa me parece su mejor baza. Incluso para alguien como yo, que tiene más bien poca idea de la Fórmula 1.  Y es que la película tiene un punto fuerte bastante bueno, que no es más que un gran sentido del ritmo narrativo.

Tenemos una presentación de los personajes muy eficiente para dibujarnos en dos escenas las personalidades de los protagonistas, totalmente diferenciadas, y poco a poco vamos asistiendo a su formación como pilotos y sus primeros pasos. Son escenas bien rodadas y aderezadas con algunas carreras que ayudan al dinamismo de la película.


Igualmente, tanto el nudo de la historia como su desenlace están bien planificados, el conflicto principal, consistente en esa relación de rivalidad y admiración mutua (aunque les cueste admitirlo) entre Lauda y Hunt está bien planteada y llevada, y la conclusión, con esa carrera final, es emocionante. Creo que Howard, y gracias también al guión de Peter Morgan, han sabido compaginar muy bien tanto las escenas de carreras con las escenas fuera de la pista, que ayudan a comprender y simpatizar con ambos personajes.

Gran parte del acierto de la película, además del ritmo, es la interpretación de los dos actores principales. Me gustaron bastante tanto Chris Hemsworth, en el papel del vividor James Hunt, como especialmente  Daniel Brühl, como el metódico y cuadriculado Niki Lauda. Ambos proporcionan dos aproximaciones muy diferentes a este deporte y a la vida en general, y sus puntos de vista quedan muy claros en la película, así como su personalidad, y gran parte de la culpa la tienen los dos actores, que hacen un trabajo muy bueno.

El choque de ambos personajes, tanto por la calidad que tienen como pilotos como por su forma de ver las cosas, era inevitable, y ese tira y afloja hace la película bastante entretenida gracias a sus piques, tanto en la pista como fuera de ella. Me ha gustado además que no se presente a ninguno de los dos como "el bueno" y al otro como "el de la visión equivocada". Cada uno tiene su forma de afrontar las cosas, y creo que el espectador no observa ningún juicio, lo que es de agradecer.


Desde un punto de vista técnico no tengo ningún reparo al trabajo de Howard. Planos correctos, historia bien llevada, música a cargo de Hans Zimmer que pega bien con la historia y especialmente una ambientación setentera muy cuidada en los detalles y el aspecto visual... Todo bastante bien. La película tiene también algunos momentos muy buenos y remarcables, especialmente en el tramo posterior al accidente de Lauda, y unas carreras muy dinámicas y entretenidas de ver.

No se le pueden reprochar muchas cosas a Rush. Me parece por tanto una opción muy interesante para pasar una tarde entretenida, es una historia que a los que disfrutan con las carreras (como es el caso de mis amigos) posiblemente les deje satisfechos por revisionar uno de los campeonatos más ajustados de la historia, y a los que no (como yo, por ejemplo), pues se encontrará con una historia bastante maja y bien realizada.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Ataque a los Titanes (anime)

Vamos con una de las reseñas más atrasadas de las que tengo pendientes: el anime de Ataque a los Titanes, serie también conocida como Attack on Titan o Shingeki no Kyojin, la adaptación al anime de uno de los mangas que más atención estaba recibiendo este año. En lo que respecta al anime, ha contado con 25 episodios producidos por el estudio Production I.G., emitidos entre abril y septiembre de este año.

Ataque a los Titanes nos presenta un mundo de corte medieval en lo que respecta a la ambientación, donde los seres humanos viven recluidos en una enorme ciudad rodeada por una muralla de varias decenas de metros de altura. Esta muralla existe para defenderse de los titanes, unos humanoides de mayor tamaño aunque aparentemente sin mucha inteligencia, que les están dando caza para comérselos. 

La vida transcurre tranquila en la ciudad, donde vive Eren, Mikasa y Armin, hasta que un día aparece un titán enorme que puede incluso asomarse por la muralla. El titán revienta la puerta de acceso a la ciudad, dejando vía libre a todos los titanes que estaban esperando fuera desencadenado la batalla.

Esta para mi ha sido una de las series más esperadas y a la vez más decepcionantes de este año. Y no es que la serie esté mal, que tampoco es eso, pero al menos en mi caso, me dejó con la sensación de que podría haber dado mucho más de sí si hubiera corregido varios defectos que pueden llegar a ser molestos.

El punto de partida de la serie es muy sugerente, así como su ambientación. Como ya sabéis me encantan las series fantásticas y de ciencia-ficción, y el gore no me supone un problema especial. Así que una ambientación de corte medieval con unos bichos enormes devora-humanos me resultaba muy interesante, por supuesto.


Y la serie al principio parece que va a cumplir. Igual no en su primer episodio, que me pareció bastante normalillo por culpa de un personaje como Eren, arquetipo de protagonista shônen que no hace más que gritar para hacerse entender, sino porque ya aparece el Colossus Titan reventando la puerta y dando pie a una batalla bastante emocionante.

Pero una vez terminada la batalla se comienza a vislumbrar uno de los mayores defectos de la serie: su ritmo extraordinariamente irregular. Ataque a los Titanes alterna capítulos tremendamente épicos que te dejan pegado al asiento esperando ver el siguiente, con otros donde uno tiene la sensación de que no pasa absolutamente nada.


Y es extraño, porque la ambientación toca varios puntos que sí resultan interesantes, como la presentación de una zona de guerra, el racionamiento de comida, el miedo a los que son de fuera (aun siendo humanos) porque les puedan dejar sin provisiones, la religión... Pero casi todo se queda al final en un pequeño boceto de algo que podría haber estado mejor desarrollado, aunque se luego se tiren minutos reincidiendo una y otra vez sobre lo mismo, irónicamente.

A pesar de que el ritmo es muy irregular, consiguen meter una saga buena justo a tiempo antes de que el espectador pierda demasiado interés, eso sí. Aunque si pudiera resumir el esquema de la serie, sería algo así:
1) Bueno, tiene un punto de partida interesante, a ver qué tal se desarrolla esto.
2) Meh, no pasa gran cosa, básicamente estoy viendo minutos de Eren gritando cada frase que dice.
3) Ostras, pasa algo importante. Es más, eso que acaba de pasar (justo al final del episodio), es una escena megaépica, un fotograma espectacular. Esto promete.
4) ¡Pues sí! Sí que mejora, esta saga está bastante interesante. Por fin para que la serie levanta el vuelo.
5) ¿Eing? ¿¿Cómo?? ¡¿Pero por qué hacéis eso?! Menuda ñapa de guión... Con lo que prometía esto...
6) Volver a 2) y repetir.

En cuanto a los personajes, creo que ya habréis podido adivinar que no siento especial predilección por Eren. Me cansa, básicamente. Los primeros episodios se dedicaba a gritar absolutamente todo, y eso me crispa bastante. Luego es cierto que tiene algunos momentos mejores, pero no es un personaje que haya terminado de gustarme. Mikasa es su amiga de la infancia, un personaje extremadamente fuerte y poderoso que tiene un punto de partida fantástico, y que sorprende ver cómo es ninguneada a partir de cierto punto de la serie; llega un momento en que solo queda relegada para decir los "Eren! Eren!..." de turno, cuando Eren está en peligro. Y luego está Armin, dentro del grupo de los protagonistas principales, el personaje enclenque y débil que luego se revela como gran estratega. De este sí me gusta la evolución, aunque sea algo que se ve venir desde el capítulo 2. Curiosamente y de los 3, a lo largo de toda la serie, es el que más me ha gustado.


Ataque a los Titanes tiene luego un gran elenco de secundarios, aunque creo que no están bien manejados. Se nos presenta a una abrumadora cantidad de personajes con nombres extravagantes y que apenas recordamos, de los que luego la mitad pueden ser pasto de los titanes en el mismo episodio, o directamente quedan relegados a un papel no ya secundario, sino de figurante, cuando parecía que iban a tener más peso. A medida que avanza la serie sigue introduciendo más y más personajes, que más o menos se pueden ajustar a este esquema, con la salvedad de Levi y Erwin Smith, que sí cobran más relevancia y que sí me resultaron buenos personajes, aunque tampoco para tirar cohetes.

¿Cosas buenas? Por supuesto, ya decía que tampoco es que la serie sea mala. La historia tiene ciclos en los que engancha episodios de gran nivel, donde la historia parece avanzar gracias a la aparición de nuevos titanes y las cosas que pasan sí sorprenden y atrapan la atención del espectador, como algún detalle de la trama en relación a los titanes especiales. Todo ello además bajo una animación bastante buena, y eso que la serie no ha tenido que ser técnicamente fácil de realizar en algunas escenas llenas de persecuciones o maniobras por las calles con ese sistema de anclajes tan peculiar. 


Luego se podría discutir el diseño de los personajes y algunos recursos, pero habiendo ojeado el manga, creo que han mejorado lo existente usando el mismo diseño y recursos visuales, mejorándolos. La banda sonora además me ha gustado mucho, especialmente en lo que respecta a los temas épicos, en los que hace uso de coros y melodías vibrantes y pegadizas.

En lo que respecta a la ambientación, me gusta el esfuerzo por explicar ciertas cosas, como la organización militar, cómo se estructura la sociedad o cómo funciona el sistema que usan los soldados para combatir a los titanes, se nota que el autor le ha puesto empeño. Otra cosa es el ritmo al que cuente esto.


Pero es que cuando me fijo en las cosas buenas, las malas vienen de la mano, irremediablemente. Un ritmo altamente irregular, capítulos lastrados por dudas e indecisiones que para el espectador no tienen mucho sentido a esas alturas, y algunas trampas de guión bastante evidentes y dañinas. Y entre las que más me han molestado, el final de la temporada. El rebote que pillé ahí no tiene precio.

Ataque a los Titanes es una serie que me desconcierta. Por un lado quiero saber cómo sigue la historia, pero por otro, recuerdo la manera que tiene de contarla y se me quitan las ganas. La serie está bien animada y ciertamente tiene algunos momentos con una carga épica impresionante, y eso desde luego sería todo un punto a su favor, pero es que luego vienen las trampas. En cualquier caso y a pesar de los rebotes que me haya pillado con la serie, imagino que veré la segunda temporada. Así que tan desastre no es, lo único que me esperaba más, con el material que tiene entre manos.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Recorriendo la Tierra Media: El Retorno del Rey

Nueva entrada del Reto Recorriendo la Tierra Media, esta muy seguida de la anterior, pero entre que se me fue retrasando la reseña de Las Dos Torres y que la lectura de El Retorno del Rey fue bastante fluida, os traigo ya la reseña de la tercera parte de la trilogía de El Señor de los Anillos. Al igual que en la anterior intentaré que no haya nada especialmente revelador en ella, aunque si estáis leyendo la reseña del tercer libro de una trilogía, ya os podéis imaginar que alguna cosa habrá...

Nuevamente nos encontramos con la misma división en dos partes que son semi-independientes. Y si ya al empezar Las Dos Torres uno se queda con ganas de saber qué ha pasado con Frodo y Sam cuando comienza a leer capítulos sobre Los Tres Cazadores, en la primera parte de El Retorno del Rey es especialmente "cruel" por el cliffhanger que Tolkien regala al final del libro anterior.

Esta situación da bastante juego, y así la misma impresión de que fue una decisión acertada en Las Dos Torres, en este libro se refuerza. El no saber qué ha pasado con los hobbits tiene una repercusión muy fuerte en la primera parte de la historia en momentos como el encuentro con Boca de Sauron, por ejemplo, siendo el lector partícipe de la incertidumbre de los protagonistas. A diferencia de su predecesor y centrándome en la primera parte en concreto, esta sí es mi preferida de este libro. En parte porque la segunda tiene una estructura bastante extraña, pero en cualquier caso, la primera parte de El Retorno del Rey me parece que contiene una épica tremenda.

Y es que esta primera parte contiene pasajes tan interesantes como la presentación de Minas Tirith, la aparición de la Compañía Gris, los Senderos de los Muertos y un par de batallas importantes, especialmente la de los Campos de Pelennor, que recordaba con gran intensidad y que no ha desmerecido en esta relectura. La cabalgata de los Rohirrim es épica pura, pero esta batalla contiene también momentos aislados de gran fuerza protagonizados por personajes como Eowyn, que aderezan y aportan más dinamismo al libro al dar protagonismo a más personajes. Y además, dando un papel muy relevante a una mujer, algo que no abunda en el libro de Tolkien.


Incluso otros momentos que a priori pueden resultar algo innecesarios o pillados por los pelos, como los juramentos de Merry y Pippin, me acabaron gustando mucho. Es en este libro al fin cuando estos dos personajes se desarrollan y se diferencian, pasando de ser "los otros dos hobbits" a dos personajes con nombre propio. Evolución que ha tardado dos libros en llegar, pero agradecida al final. 

Porque del resto de personajes no se puede decir lo mismo. Aragorn ya tuvo su paso al frente muchas páginas atrás, y a partir de ahí se sigue mostrando de la misma forma, al igual que Legolas y Gimli, que se han mantenido muy constantes a lo largo de todo el libro. Y por supuesto, siempre que aparece el Caballero Blanco uno lee más atentamente todo lo que sucede. Pero hay un personaje del que sí esperaba más: Eowyn, que surge con mucho interés, tiene un momento grandioso en la batalla, pero luego me parece que su trama se cierra de manera apresurada y poco interesante para lo que podría haber dado de sí. Esa parte en concreto de las Casas de Curación me parece bastante débil.


Nuevamente, Tolkien sabe como cerrar la primera parte del libro y nos deja totalmente pegados a el mientras pasa a la segunda parte de El Retorno del Rey y volvemos a Frodo y Sam. Decía antes que esta parte tiene una estructura extraña, y es que se podría decir que únicamente los tres primeros capítulos siguen la estela y el ritmo de la parte anterior, siendo el resto un gran epílogo. Así que tenemos un gran momento climático al final de la primera parte, para luego decaer la intensidad, volver a subir al tercer capítulo y bajar de nuevo durante unas 100 páginas, a pesar del breve repunte que supone el Saneamiento de la Comarca. Creo que la duración de este "gran epílogo" es algo excesiva.

La historia de Frodo y Sam en este libro me ha gustado menos que en Las Dos Torres, lo que es curioso, viendo lo que pasa. Es cierto que sigue ahí la sensación de agobio y desazón, aunque paradójicamente, no me pareció tan acentuada como en el libro anterior, y algunos de los pasajes de esta parte me parecen un poco pilladas por los pelos, como el de la compañía de orcos. No obstante, el tercer capítulo y todo lo que sucede en él me parece fabuloso. Recuerdo todavía las palabras de Frodo en ese momento, y la cara de asombro que tuve que poner, que tuvo que ser impagable. Y todo lo que viene después, claro. Me parece brillante la manera de cerrar esta trama y el círculo iniciado tiempo atrás.


Como decía, uno se encuentra luego con unas 100 páginas de un epílogo alargado. Que no es que no lo disfrutase, pero es que me parece una duración excesiva, y además el tema del Saneamiento de la Comarca no me acaba de convencer. Creo entender la idea que hay detrás, así como que ciertos personajes estén por allí, pero me deja un regusto amargo. Creo que la idea de pérdida, cambio y sacrificio ya se refleja suficientemente bien en Frodo, y no veo necesario llevarla más allá, aunque he de reconocer que solo por ver a Merry y Pippin en esta parte ya merece la pena.

Al final, y haciendo una valoración ya global de la trilogía, El Señor de los Anillos nos presenta una historia de superación, amistad, épica y sacrificio con la que no dejo de disfrutar cada vez que la leo. Una ventana a un mundo mucho más grande que lo narrado en ese momento, según se atisba entre las referencias casi casuales que va dejando Tolkien aquí y allí. Una historia clásica (el libro lo es, qué remedio) donde el verdadero peso está justamente en ella, en la historia, más que en los personajes, apoyada en una narración muy descriptiva. Para algunos demasiado, aunque no es mi caso por lo general. Creo que podrá gustar más o menos su forma de narrar y la historia que hay detrás, y está claro que hoy día la literatura fantástica ha cambiado a otra cosa, pero desde luego, me parece que El Señor de los Anillos es una lectura obligatoria para todo aquel que diga que le gusta la fantasía.


P.D: mucho Caminante Blanco, muy poderoso y tal sí... Pero a pesar de todo, prefiero al Peregrino Gris.
P.D.2: ahora quiero ver las películas...

Reseñas de otros participantes en el reto: